El accidente se produjo cuando la detenida realizó la maniobra de marcha atrás para salir del aparcamiento e incorporarse a la carretera. En ese momento pasaba por allí un autobús y la conductora colisionó lateralmente contra él.
Los agentes de la Guardia Civil que se acercaron al lugar observaron que la conductora del vehículo, de 77 años de edad, presentaba síntomas de conducir bajo la influencia del alcohol. Tras someterse a la prueba de impregnación alcohólica dio una tasa por litro de aire expirado de 0,67. La segunda prueba intentó realizarla sin éxito en cinco ocasiones debido a su estado.
A pesar de lo aparatoso del accidente, el choque solo provocó daños materiales en el coche de la mujer. La conductora se enfrenta ahora a un delito contra la seguridad vial.