Entreculturas aboga por la educación en los campos de refugiados de Etiopía

EUROPA PRESS 24/08/2011 11:10

La ONG Entreculturas aboga por la educación en los campos de refugiados de Etiopía, integrados por un 80 por ciento de menores de 18 años, según ha explicado el director Regional del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) en África, Frido Pflueger, en un comunicado.

En este sentido, ha explicado que "la mejor manera de ayudar es construir escuelas para que puedan estar seguros y tener perspectivas de futuro" y ha asegurado que, "una vez más, la educación se convierte en una intervención clave en situaciones de emergencia, pues se trata de un derecho fundamental en todo tipo de situaciones".

Por otra parte, Plueger ha señalado que la infraestructura y el clima en los campos hace muy difícil la vida y ha hecho un llamamiento para no ignorar la situación, asegurando que "se trata de una obligación moral".

Por ello, junto con el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) la ONG Entreculturas ha reforzado su trabajo en el Cuerno de África para hacer frente a la crisis humanitaria que se vive en la zona. Para ello, un equipo del SJR ha visitado los campos de refugiados de Bokolmayo, Melkadida, Kobe y Helawen de Doyo Ado (Etiopía) que acogen a más de 100.000 somalíes que escapan de su país huyendo de la situación.

Además, la Organización Gubernamental para la Administración de los Asuntos de Refugiados y Retornados (ARRA por sus siglas en inglés) se ocupa de la educación Primaria, el JRS ha destacado que se centrará en la Secundaria en campos como los de Bokolmayo o Melkadia, donde el número de niños es muy elevado. Así, la organización explica que comenzará con el apoyo psico-social, "mediante actividades de deporte, teatro, etc, para que puedan hacer algo durante el día".

A pesar de que el número de refugiados que llegan a los campos de Dollo Ado se ha reducido de 1.700 a 100-140 al día, todos los campos excepto el de Hellawen se encuentran completamente al borde de su capacidad. El 70 por ciento de la población llega en estado de malnutrición y aunque el índice de mortalidad está por debajo del estado de alarma, sigue siendo muy elevado. Además, la organización estima que muchas familias no reportan la muerte de alguno de sus miembros para poder mantener la cartilla de comida.