La madre de la bebé fallecida subraya que la niñera se fue de vacaciones tras matar a la niña

AGENCIA EFE 22/06/2009 13:26

"Se fue de vacaciones, no la importó, había hecho el trabajo que quería hacer, matar a mi hija", ha manifestado la madre de la pequeña, quien ha comparecido hoy como testigo en la vista oral, en la que ha llorado mientras prestaba declaración ante las seis mujeres y tres hombres que componen el jurado popular.

Ha recordado, separada con un biombo de la encausada, que tuvo que contratar a una cuidadora entre el 2 de julio y el 31 de agosto porque ella trabaja como enfermera y no encontró abierta ninguna guardería en esa etapa.

"Me hubiera quedado con mi hija toda la vida, pero esta sociedad impone trabajar", ha relatado la testigo, quien ha precisado que es madre "sola" y no tenía a nadie para que cuidara a su hija, concebida por inseminación artificial después de la separación de su marido y tras sufrir tres abortos.

Tras recalcar que era una niña "deseadísima" y calificarla como "perfecta", ha explicado que cada vez que se marchaba por la mañana y la dejaba con la cuidadora "decía a la asesina: por favor cuídala que es lo único que tengo; y la mató".

El día del suceso, dejó a su hija sonriendo después de darla el desayuno, ha relatado la madre de la bebé, quien ha subrayado que "comía las papillas fenomenal" -la encausada mantiene que la pequeña se atragantó mientras comía-, y ha dicho que cuando volvió a saber de la niña fue cuando la llamó una vecina para decirla que acudiera a casa porque a su hija la pasaba algo.

Aunque ha reconocido que alguna vez vio una rojez a su hija en la cara, un moratón en un glúteo y en un brazo, nunca pensó en malos tratos, a pesar de que ahora sí, a la vista de los resultados "fue aumentando".

"Yo confiaba. Me siento absolutamente responsable de la muerte de mi hija", ha explicado la madre de la bebé, quien ha contado como después del suceso llamó "hasta veinte veces" a la cuidadora, que no la cogió el teléfono.

Fue a denunciar a la encausada a comisaría y, cuando se encontraba en dependencias policiales, recibió el previo de la autopsia de la niña y planteó la denuncia "por asesinato" al ver que había sido golpeada.

"Que pague por ello. La niña no podía defenderse. Que me hubiera hecho daño a mí", ha manifestado la madre.

"Haga justicia por favor, una niña de seis meses no puede defenderse; por favor, sólo eso", ha manifestado al acabar su declaración.

También ha comparecido en la segunda sesión de la vista oral un enfermero que revisó a la pequeña periódicamente y que ha asegurado que nunca tuvo ningún problema de salud.

Ha explicado que, el día del suceso, cuando vio a la niña, estaba tumbada con hematomas en los ojos, un signo que normalmente se produce por un traumatismo en la cabeza, completamente morada y le pareció que estaba "muerta".

Ha precisado que en el último mes de vida de la niña había observado los hematomas que también había observado su madre y ha dicho que, en estos casos, lo habitual es hacer un seguimiento para decidir si se activa el protocolo de malos tratos.

La vecina que avisó a la madre de la menor aquel 9 de agosto, ha explicado al comparecer como testigo que oyó a la cuidadora en repetidas ocasiones decir la frase "¡ay mi niña!" y tras asomarse porque pensaba que pasaba algo vio a la bebé amoratada, "muerta o casi muerta" y reprochó a la cuidadora que no hubiera avisado ni a la madre de la bebé ni al 112, lo que hizo ella y su hija.

Cuando llegó la ambulancia, escuchó decir que la niña había recibido un golpe en la cabeza, mientras la cuidadora negó que se le hubiera caído.

Provisionalmente, el fiscal pide doce años de cárcel por homicidio, la acusación particular 25 por asesinato, y la defensa la absolución o alternativamente una condena por homicidio por imprudencia.