Pueden regresar a ella después de que el Tribunal Supremo (TS) ha ordenado que se celebre un nuevo juicio civil sobre el caso, anulando todos los juicios anteriores, que absolvían a un anestesista y a la clínica en la que Antonio se operó de la nariz y condenaba a la familia Meño a pagar 400.000 euros por las costas judiciales.
El Supremo estimó el miércoles pasado una demanda de revisión de la familia, basada en el testimonio de un nuevo testigo que apunta a una negligencia durante la anestesia.
Ignacio Frade, un doctor que estuvo en el quirófano durante aquella intervención, se decidió a dar su versión de los hechos ante los tribunales después de pasar un día casualmente por delante del campamento de la familia, se interesase por su situación, descubriera las consecuencias de aquella operación y se decidiera a hablar.
El desmantelamiento de la tienda ha sido seguido por numerosos medios de comunicación, así como por vecinos de la zona y transeúntes que se han acercado a felicitar a la familia. "El juez ha anulado el pago de las costas y nos vamos a casa", ha confirmado a Efe Televisión la madre de Antonio, quien ha recordado que durante el año y medio que han permanecido en la plaza madrileña "ningún político ni ninguna institución" les ha visitado. "
Sólo hemos contado con el apoyo de la gente y de los medios. Si no llega a ser por los medios nos hubiéramos ido al garete", ha recalcado Juana. Su marido, Antonio, ha calificado a Efe Televisión de "alegría tremenda" el giro que ha dado el caso. "Con la sentencia favorable ha desaparecido el embargo" que pesaba sobre la vivienda.
"Ya no podíamos aguantar más", ha confesado. Antonio ha manifestado que "la lucha sigue" para seguir pidiendo Justicia, y ha dicho que vuelven a Móstoles con la sensación "muy grata" de que "todo Madrid y toda España" está con ellos. "No le deseo a nadie que esté en la calle y menos con un hijo en coma", han concluido.