Zarzuela cree que "lo razonable" sería aforar al rey cuando deje de serlo

EUROPA PRESS 05/06/2014 16:44

La decisón de que el rey don Juan Carlos sea aforado correspondería al Gobierno. Desde Zarzuela creen que "lo razonable" es que lo fuera y han explicado que podría hacerse reformando la ley Ley Orgánica del Poder Judicial. De este modo el mocarca solo podría ser juzgado por un tribunal superior o por el Supremo por sus actos a partir de su abdicación.

Igualmente Zarzuela ha revelado que el monarca no hará uso del título de Conde de Barcelona, que tuvo su padre, ni tampoco de ningún otro reservado a la Corona. El rey sí tendrá una asignación, que determinará su hijo, con cargo al Presupuesto de la Casa del Rey, que este año asciendo a 7,7 millones de euros.

Será el nuevo Rey Felipe VI quien fije también qué papel tendrán sus padres Don Juan Carlos y Doña Sofía, aunque la decisión se tomará siempre de acuerdo con el Gobierno. No es necesario, según la misma fuente, que un real decreto establezca cuál será este papel, sino que la lógica indica que estas nuevas tareas se podrán ir decidiéndose en el día a día, igual que en la actualidad se aprueba un real decreto cada vez que el Príncipe acude a una toma de posesión de un presidente iberoamericano.

El portavoz ha apuntado la posibilidad de que al nuevo Rey y al Gobierno les interese que en algún momento Don Juan Carlos haga algún viaje, teniendo en cuenta su amplia agenda de contactos internacionales.

Mensaje de Felipe VI en su proclamación

En la sesión de proclamación en las Cortes, cuya fecha se determinará cuando el Senado decida qué día aprobará la ley de abdicación, no habrá presencia de dirigentes internacionales ni de otras casas reales, aunque sí se prevé recibir con honores militares al futuro rey, que tendrá, por tanto, que ir vestido con uniforme militar.

La Casa del Rey no contempla que tras la proclamación haya una misa de entronización de Felipe VI, como sí se hizo en cambio cuando fue coronado Juan Carlos I.

Reinado de "continuidad

El futuro reinado de Felipe VI supondrá la "continuidad" del periodo que se abrió en España con Juan Carlos I más que el inicio de "una nueva etapa", ha avanzado este jueves un portavoz de la Casa del Rey en una sesión informativa en el Palacio de la Zarzuela.

En opinión de la Casa, no es correcto referirse al reinado de Felipe VI como "una nueva etapa" porque esa nueva fase en la historia de nuestro país, que significó el paso de una dictadura a una democracia, se inició con el Rey Don Juan Carlos.

"La monarquía significa estabilidad y este paso (de la abdicación) representa la continuidad de esa nueva etapa que se inició en 1975" con la proclamación de Juan Carlos I como Rey de España, ha insistido el portavoz, que no ha ocultado sin embargo que Felipe VI imprimirá su propio estilo y fijará sus prioridades en cuanto acceda al trono.

El portavoz ha confirmado que el Rey Don Juan Carlos decidió en enero pasado que, en el curso de este año, debía pasar el testigo a su hijo, ahora que empezaba a recuperarse tras un periodo en el que su actividad se vio reducida por las sucesivas operaciones que fue encadenando en los tres últimos años.

Tras esa decisión "preliminar" del monarca, el equipo de confianza de Don Juan Carlos en la Casa del Rey empezó a analizar cómo ponerla en práctica, teniendo como único referente dos líneas que la Constitución española dedica a esta cuestión, cuando en su artículo 57.5 dice que "las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica".

Ante esta redacción unos interpretan que es pertinente una ley orgánica que regule en su conjunto las abdicaciones, renuncias y dudas sobre la sucesión y que esta norma bastaría para regular y hacer efectivas todas estas situaciones.

Por el contrario, la otra postura defiende que, con independencia de que pueda existir una ley general, cada acto de abdicación en concreto requiere la aprobación de una ley orgánica. Esta es la opción por la que se decantó la Casa del Rey y con la que coincidían tanto el Gobierno como la mayoría de estudiosos de la Constitución, según la misma fuente.

El portavoz ha justificado además la necesidad de que las Cortes ratifiquen la ley de abdicación de Juan Carlos pues "la decisión de abdicar la tiene que recibir alguien". Así se establecía además en Constituciones anteriores, como en la de 1812.

El momento se acordó con Rajoy y Rubalcaba

Una vez que ya se contaba con una idea de cómo se podría poner en práctica, jurídicamente hablando, la abdicación, a finales de marzo el Rey comunica su decisión al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y unos días después informó al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Con ambos conversó sobre cuándo sería el momento oportuno para anunciar la decisión, aunque siempre tuvo claro, asegura el portavoz, que tendría que ser después de las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo pasado, para evitar interferir en un proceso político.

Ante un otoño que se presentaba complicado con la consulta soberanista catalana del 9 de noviembre y diversas citas electorales en 2015 se decide que junio es el mes adecuado.

El portavoz ha asegurado que el resultado de los comicios europeos no ha influido "para nada" en la decisión de abdicar, en la que tampoco han sido determinantes los problemas de salud del monarca.

Respecto a que fuera Mariano Rajoy el que comunicara en primer lugar a los españoles la decisión de abdicar del Rey, el portavoz ha explicado que se hizo así pues fue el jefe del Ejecutivo el depositario del documento firmado por Don Juan Carlos en el que formaliza su decisión de abdicar.

¿Y cómo es que el Rey, en su discurso de Nochebuena, días antes de que se plantee seriamente abdicar, manifiesta su firme determinación a continuar en el trono? "La condición humana es inescrutable", responden en Zarzuela.