La malformación de Stockings consistía en que sus patas traseras se habían desarollado del revés, formando una W. Esta enfermedad suponía que el pequeño animal nunca podría andar, jugar, ni utilizar una caja de arena para hacer sus necesidades.También presentaba una grave enfermedad respiratoria.
Por ello, miembros de la asociación Tree House Humane (Casa Árbol Humana), acudieron a la consulta del Doctor Steve Neihaus, un experto ortopedista que determinó que, con una serie de operaciones, podría cortar los tendones de Stockings y con ello, colocar las patitas traseras del gato en su lugar.
"Era una operación arriesgada, sabíamos que si no funcionaba, no habría ninguna garantía para Stockings" afirma Schlueter, miembro del refugio.
El gatito, de tan solo ocho semanas, comenzó con la primera de las cirujías en el mes de octubre, y ahora, ya puede correr y jugar como un gato normal, e incluso ya tiene dueña, Priscila Cherry, una veterinaria que cuidó de él mientras se recuperaba de las operaciones.