Se han servido de un mecanismo que utiliza el propio organismo humano: un gen llamado Xsit que existe en el cromosoma sexual X, propio de las hembras, y que se encarga de inactivar la duplicación anormal del mismo. Este “botón de apagado” se introdujo en un cultivo con células del tercer cromosoma 21 de la piel de una persona con síndrome de Down. En unos días numerosos genes se silenciaban, dejaban de codificar proteínas y se restauraban disfunciones celulares relacionada con el Down.
La técnica no es una cura, pero sí una importante vía de investigación. Según la investigadora Meritxell Pons, del centro de Regulación Genómica de Barcelona “ permitirá tratar no sólo los genes implicados en el retraso mental o discapacidad intelectual, sino también los genes implicados en problemas cardíovascular o del metabolismo que también se ven en personas con síndrome de Down”.
El estudio se ha realizado in vitro, es esperanzador, pero faltan algunos pasos, entre ellos la experimentación animal, para llegar a la clínica.