La magistrada precintó de manera ilegal durante una semana dos perfumerías. El caso se inició el 4 de abril cuando la juez acudió a uno de los establecimientos y compró un perfume. Pasados unos días fue a devolverlo porque entendía que no olía bien y podía ser falso. Una de las dependientas asegura que les exigió la devolución con muy malos modos.
Aunque en un principio le dijeron que el perfume no podía ser devuelto porque ya estaba en parte consumido, finalmente accedieron al cambio por las formas utilizadas por la compradora, que ya se identificó como juez.
Al día siguiente, la jueza, que estaba de guardia, abrió diligencias contra el comercio, por un presunto delito contra la propiedad industrial y envió a la Policía Local, que realizó una inspección en busca de perfumes falsificados. Además, ordenó el precinto de sus tiendas. El dueño, que renunció a emprender acciones legales y pedir una indemnización por las pérdidas, ha calificado de "calvario" lo que han pasado con esta jueza. LA