Así lo ha confirmado la Dirección General de Protección Civil y Emergencias a Europa Press, que recomienda adoptar medidas de prevención en las zona de mayor riesgo sísmico, que en España se encuentran, sobre todo, en el sur de la Península ibérica.
En concreto, recuerda que tras la experiencia de un terremoto la población puede sufrir reacciones diversas de ansiedad por lo que es normal que en las siguientes semanas muchas personas demanden o necesiten de apoyo psicológico para reducir el estrés.
Entre las medidas de prevención aconseja que en zonas sísmicas se revisen, controlen y refuercen los edificios y las zonas más fáciles de desprender, como chimeneas, aleros o balcones así como tendidos eléctricos, conducciones de agua, gas o saneamiento.
Dentro de las viviendas, pide extremar las precauciones con los objetos, sobre todo los pesados, que puedan caerse o romperse, como lámparas, espejos y tener cuidado con los productos tóxicos o inflamables.
Una vez que se está produciendo el movimiento sísmico, Protección Civil recomienda buscar refugio debajo de los dinteles de las puertas o de algún mueble sólido, como mesas o escritorios, o bien, junto a un pilar o pared maestra, así como mantenerse alejado de ventanas, cristaleras, vitrinas, tabiques y otros objetos que puedan caerse y golpearle.
Además, recomienda no usar el ascensor, porque se podría desplomar o quedar atrapado en su interior; usar linternas para alumbrar y evitar el uso de velas o cualquier tipo de llama durante o inmediatamente después del temblor, que puedan provocar una explosión o incendio.
Por otro lado, a quienes la sacudida terrestre recomienda alejarse de los edificios, acudir a áreas abiertas porque después de un gran terremoto siguen las réplicas que pueden provocar destrozos adicionales.
También aconseja no acercarse ni entrar en edificios dañados y si va circulando en coche, conviene seguir dentro del vehículo, alejarse de puentes, postes eléctricos, edificios degradados o zonas de desprendimientos.