Según el Daily Mail, ahora, convertida en una mujer adulta, Kitty acaba de debutar como modelo para la revista británica de moda y tendencias Tatler. Su melena rubia y sus voluptuosas formas han hecho lo demás. Sin embargo, eso también ha hecho que se distancie de su padre y los tabloides británicos hablan de una gran bronca entre los dos.
"Lamentablemente tengo pocos recuerdos de mi tía", ha dicho la joven, interrogada regularmente sobre sus años de infancia. También ha dicho que solo tiene “recuerdos felices” de su tía. A pesar de su ubicación remota, fue, sin embargo, todas las reuniones familiares. Participó en 2007 en las ceremonias de los diez años de la muerte de Lady Di y estuvo entre los invitados a la boda de Kate Middleton y el príncipe Guillermo en 2011.
Fue en esta ocasión cuando la joven entró en el radar de los medios de comunicación británicos, siempre a la caza de cualquier cosa relacionada directa o indirectamente con el mito de la Familia Real o Lady Diana. La prensa británica la llama "rubia exuberante con un aire a lo Bardot y con un escote capaz de causar accidentes de tráfico". Kitty Spencer es, según La Parisienne, “una mujer rolliza” que no duda en compartir en su cuenta de Instagram con sus 12.500 seguidores sus salidas nocturnas, las fiestas a las que asiste y sus estilismos, y que siempre da las gracias a peluqueros, maquilladores y estilistas que la ayudan.
Sus historias de amor han sido relativamente ignoradas por los tabloides británicos hasta hace poco. Su relación con Nick Compton, nieto de un famoso jugador de críquet, ha disfrutado de una relativa discreción. Pero este no es el caso de los días que pasó en la playa con un presentador del tiempo de Australia, James Tobin, donde se la fotografió en bikini. Ella, mientras, ya tiene representante y se deja ver por los clubes más selectos de Londres junto a otras jóvenes aristócratas, como las hijas del duque de Rutland.