La madre de Sandra Palo asegura no estar bien, pero no se rinde

REBECA SAN CRISTÓBAL OREA 08/06/2008 07:41

Acostumbrados a ser asaltados por propagandistas y mendigos, los madrileños aceleran el paso y no echan la vista atrás. No es el caso. No hace falta decir nada. Reconocen ambas imágenes y ellos solos se acercan a mostrar su apoyo.

Cuando lo hacen pueden ver a la madre de Sandra Palo, la joven asesinada, violada y quemada el 17 de mayo de 2003 por tres menores y un mayor de edad. Aún espera a que se haga justicia en su caso y mientras, se suma a la causa de Mari Luz, la pequeña que estuvo 58 días desaparecida y cuyo presunto asesino, Santiago del Valle, se encontraba en libertad pese a tener condenas firmes por delitos sexuales.

"No estoy bien", nos comenta, pese a esto mantiene su lucha. Ahora ha llevado su caso hasta el Tribunal de Estrasburgo. Pide lo que hace cinco años, la revisión de la Ley del Menor. Y sino consiguen lo que quieren "iremos a La Haya y, después otra vez a recoger firmas".

A por los tres millones de firmas

La caravana pro cadena perpetua para los pederastas, llevada a cabo por los familiares de Mari Luz por toda España, no ha conseguido su principal objetivo, pero sí ha logrado avances. El Estado ha planteado el uso de fármacos y el presidente del Gobierno ha prometido "un paquete de medidas" contra la pederastia (lo que se ha traducido en un registro específico de los mismos y en penas más elevadas).

Pese a haber vuelto a su Huelva natal, el padre de Mari Luz, Juan José Cortés, asegura que seguirán recogiendo firmas hasta octubre, momento en el que acaba el plazo para entregarlas al Congreso de los Diputados. De hecho, esperan superar los tres millones. Por el momento, cuentan con más de 800.000.

La madre de Sandra Palo, Maria del Mar Bermúdez, sabida de lo difícil y lento de estos procesos, sólo dice que tiene que estar en esa mesa "como víctimas y como seres humanos". "Además, yo tengo más hijos y hay que acabar con esta situación".

La gente no deja de acercarse hasta ellos, apenas la dejan hablar, sólo la dan las "gracias por el camino recorrido y ánimo para el que les queda por delante".