La masturbación, en las clases de preescolar

INFORMATIVOS TELECINCO 05/09/2009 18:32

Las Directrices, de las que se hace eco Aceprensa, están pensadas para orientar a gobiernos, escuelas y profesores sobre los temas que incluir en los programas de educación sexual y el modo de enfocarlos. Además de la finalidad general de enseñar sobre la sexualidad, tienen otra más específica: contribuir a prevenir males como la difusión del sida y demás enfermedades de transmisión sexual, los embarazos precoces o la violencia sexual. Los redactores son Douglas Kirby y Nanette Ecker. El primero es investigador de la ONG norteamericana Education, Training and Research Associates, dedicada a la formación en salud sexual, en prevención de drogodependencias y temas similares. Ecker fue directora de un departamento en el Consejo de Información y Educación Sexual de EEUU (SIECUS).

Desde los doce años hay que explicar cómo "usar anticonceptivos, incluida la contracepción de emergencia". El texto propone impartir la educación sexual a partir de los cinco años y ofrece orientaciones distintas según la edad de los alumnos. A los más pequeños (cinco a ocho años) hay que explicarles, dice, la masturbación, tema que se ampliará en la etapa siguiente (nueve a 12 años). También se ha de enseñar desde el principio qué es la "igualdad de género" y poner "ejemplos de estereotipos de género" y "violencia de género". Entre los 12 y los 15 años ya hay que explicar cómo "obtener y usar condones y anticonceptivos, incluida la contracepción de emergencia", y prevenir contra la "homofobia, la transfobia y el abuso de poder". Además, hay que tratar el aborto, dejando claro que si se realiza "en condiciones de esterilidad a cargo de personal con formación médica, es seguro". Dentro del mismo grupo (12-15 años) se ha de comentar el "acceso al aborto y la atención post-aborto". Y a los adolescentes de 15-18 años se debe dar a conocer "iniciativas a favor del derecho y del acceso al aborto seguro".

La mayor parte de las críticas a las Directrices provienen de organizaciones en contra del aborto y otras que piensan que son los padres, no las escuelas, quienes deben marcar el rumbo moral de sus hijos. Por su parte, la Unesco mantiene que la continencia provoca en los jóvenes "miedo, vergüenza y sentimiento de culpa", algo negativo para los niños. IM