Los padres del joven, de Alpicat (Lleida), han intentado darse de baja en Movistar, pero ha sido imposible, como publica segre.com. La compañía alega que su hijo firmó un contrato de permanencia hasta finales del 2010. Para rescindirlo, les informaron de que no era suficiente que el usuario hubiera fallecido. Debían abonar una cuota de 280 euros para poner fin al contrato antes de tiempo.
El padre del joven, Pere Curco, explica que pocos días después de su muerte intentaron liquidar todas las facturas de su hijo, fallecido el 18 de diciembre. El 27 intentaron dar de baja el móvil. Fue la primera vez. Resultó imposible.
Hasta tres veces lo intentaron, cada vez con una persona distinta de Movistar. Todas las veces, explicando lo mismo. La última vez, la telefonista les indicó que debían mandar un fax pidiendo la baja, las fotocopias del DNI y el certificado de defunción. De nada sirvió. En los tres meses siguientes siguieron recibiendo facturas.
En total, la deuda asciende a 320 euros a pesar de ser un móvil que dejó de funcionar cuando murió su usuario. Como señala el padre, "ni siquiera tenemos el PIN". Ahora la familia estudia denunciar el caso ante la oficina de información al consumidor.
Telefónica ha señalado a Informativos Telecinco que la muerte es la única causa por la que se rescinde un contrato de permanencia, siempre que se envíe el certificado de defunción. Pese a enviarlo, la familia recibió tres facturas nuevas. La compañía asegura que, en este caso, se ha producido un "lamentable error" y que ya trabajan para subsanarlo.