Cerca de 50 personas se han visto implicados en este enfrentamiento, entre un grupo de presos musulmanes y otros internos, supuestamente provocado por la concentración de presos de dos módulos diferentes mientras se desarrollan unas obras de instalación de detectores de humo en las celdas.
Según añade Acaip, la "eficaz y rápida intervención de los funcionarios" impidió que el suceso acabase siendo "mucho más grave", aunque fue necesario aislar a cinco internos y se ha registrado un herido por pinchazo y diversos lesionados.
Acaip ha criticado que esto se produzca por unas obras "muy discutibles, con un gasto enorme" (unos dos millones) y "que no sirven para casi nada", mientras la prisión "está hecha una pocilga" y se trasvasan internos de un módulo a otro "con el enorme riesgo que conlleva".
Oficinas sucias, sillas rotas, mesas deterioradas, plagas de mosquitos o propagación de ratas, son algunos de los problemas denunciados por Acaip por falta de presupuesto.