La Nobel Barré-Sinoussi ve lejos la vacuna del sida y pide volver al laboratorio

AGENCIA EFE 22/04/2009 13:50

Barré-Sinoussi ha asegurado en una rueda de prensa con motivo del décimo aniversario de una de las web sobre el sida más importantes y más consultadas de Europa que "no se puede predecir cuándo habrá una vacuna preventiva en el mercado porque se desconocen los mecanismos que hay que inducir para lograr una protección eficaz".

Ha puntualizado que "no se sabe qué hay que provocar como respuesta para proteger frente a la infección del VIH, y que aunque en la investigación, a veces cuenta el azar, cuando esto se desconoce es difícil encontrar algo que pueda hacerlo".

Según esta investigadora, en el virus del VIH hay obstáculos para lograr una vacuna porque ataca a las células encargadas de las defensas, y este ataque es más rápido de lo que tardan las defensas en colocarse para cumplir su función.

Según la directora de la Unidad de Regulación de Infecciones Retrovirales del Departamento de Virología del Instituto Pasteur de París (Francia), en los últimos años se ha pasado a fases clínicas de algunas posibles vacunas pero sin los modelos necesarios, "y por eso todas han fracasado".

Ha reconocido que cuando empezó a trabajar con el VIH en los años 80 pensó que una vez descubierto se desarrollaría un fármaco y la enfermedad se acabaría curando, y que nunca se imaginaron que les daría tanto trabajo y que más de veinte años después todavía habría tantas incógnitas sin resolver.

Para este investigadora, lo que sí ha ocurrido en este tiempo es que el VIH se ha convertido en el más conocido de todos los virus identificados, como sus mecanismos de regulación y proliferación, pero sigue teniendo mecanismos que no se han podido descubrir y que deben buscarse en el laboratorio.

Respecto a su trabajo, la doctora Françoise Barré-Sinoussi ha comentado que actualmente se centra en cuatro líneas distintas para lograr comprender los mecanismos que regulan la infección, en hombres y en animales, como son el control de la enfermedad en la transmisión materno fetal, y en los enfermos que están infectados pero que no desarrolla la enfermedad.

Estas personas infectadas, que se llaman no progresores o controladores de elite, se cifran entre el 2,5 y el 5% de los infectados, y en ellos se quiere ver qué mecanismos se activan para lograr esta protección.

La tercera línea de investigación, en este caso en un modelo animal, se centra en el mono verde, que aunque no controla la multiplicación del virus, por un mecanismo inmunológico desconocido, no desarrolla la enfermedad. La cuarta línea de investigación es para entender, in vitro, el diálogo que hay entre las células NK (Natural Killer) y las dendríticas (vinculadas al sistema inmunitario).

Respecto a la prevención y a la polémica suscitada por el Papa Benedicto XVI por el preservativo, Barré-Sinoussi ha defendido el uso del preservativo porque hace que la probabilidad de difundir el virus sea muchos menor, matizando que hablar de abstención, como defiende la Iglesia, es poco realista y poco aplicable.

También ha comentado que la reducción del riesgo del 50% que tiene la circuncisión no es suficiente, y que esta fórmula solo es válida si se usa con otras medidas preventivas.

En la circuncisión la protección se produce, según ha puntualizado el doctor Bonaventura Clotet, jefe de la Unidad del Sida del hospital Germánsn Trías y Pujol de Badalona (Barcelona), porque se epiteliza el glande y se hace más difícil que el virus pueda penetrar hacia la zona subcutánea.