Obispos, religiosas, guardias suizos de vacaciones y miembros de la orquesta de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebran, poco antes del comienzo del Via Crucis, la "fe joven que se vive esta semana en Madrid".
Así, John, uno de los obispos de British Columbia (Canadá), sentado en las primeras filas de la Plaza de Cibeles reservadas para las autoridades eclesiásticas, frente al escenario, ha señalado a Europa Press lo "bonito" que es ver "la unidad entre la juventud".
También han seguido al Papa hasta Madrid algunos miembros de la Guardia Suiza que han empleado algunos días de sus vacaciones para participar en la JMJ como peregrinos. Uno de ellos, Duri, de 23 años, ha afirmado que se siente "impresionado" por "tal cantidad de jóvenes reunidos en nombre de Dios".
Igual de "emocionadas" se encuentran las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, que han venido desde distintas ciudades de España con seis autocares y 622 peregrinos de los colegios Madre Velarde para ver al Papa.
Este grupo de religiosas han destacado su "alegría" al ver que Madrid se ha convertido en la "capital de la juventud creyente". "La Iglesia esta viva", han subrayado, al tiempo que unas alumnas han pedido a los jóvenes creyentes "que se dejen ver más en la sociedad". Además, han destacado la "buena organización de la Jornada" que demuestra, a su juicio, "el cariño al Santo Padre".
Aunque de una forma diferente, y con "mucho esfuerzo", también viven "con fe y emoción" la JMJ los más de 200 miembros de la orquesta y el coro que llevan ensayando desde febrero y que durante estos días se están levantando a las 7.00 horas para aprovechar hasta el último minuto antes de sus actuaciones.
Los violinistas Evangelino y Francisco se encuentran "emocionados" porque la JMJ "por fin" se ha hecho realidad. Asimismo, aseguran sentirse "felices" de que les hayan dado "voz" delante del Pontífice y de tanta gente. "Esperamos que la música ayude a los jóvenes a encontrar la verdad", desean estos músicos.
Sebastián, un joven costarricense de 22 años, ha asegurado, mientras espera en la Plaza de Colón a que comience el Via Crucis, que desde Costa Rica han venido a Madrid un millar de peregrinos, "mucha gente --afirma-- para un país de cuatro millones de personas".
"Si hemos venido tantas personas de todo el mundo a la JMJ es signo de que las cosas marchan hacia un norte", ha subrayado este joven, que durante año y medio ha estado preparando la JMJ y buscando fondos para que la gente con menos recursos pudiera participar en este encuentro.
Este grupo de costarricenses han señalado que les llama mucho la atención los pasos de Semana Santa que están instalados a lo largo del recorrido de la ceremonia, aunque no han podido verlos todos por la cantidad de gente que hay. "En Costa Rica hay pequeños Via Crucis, así que esta experiencia de un 'megaviacrucis' es espectacular", han subrayan.
Igual de contenta se encuentra Catalina y sus amigas procedentes de la Diócesis de Toledo, que está "regalando abrazos gratis" durante las horas de espera del Papa en el Via Crucis. "Se nos ha ocurrido dar abrazos porque vemos que hay mucha gente también de otros países que lo está haciendo. Nos parece un gesto muy bonito mientras esperamos al Papa", afirman.
Esperan sentir esta tarde la misma emoción que ayer al ver al Papa. "Sentimos mucha euforia. Hoy cuando le veamos le vamos a cantar: ¡Somos adictos al Papa Benedicto!", han apostillado.