El Papa pide en Angola que se acabe "de una vez" con la corrupción en Africa

EFE 20/03/2009 10:06

El Papa fue acogido con gran calor por decenas de miles de luandeses, que desde el aeropuerto hasta la ciudad le aclamaron, corriendo detrás del "papamóvil".

La jornada fue declarada festiva para permitir a la población recibir "dignamente" a un Pontífice, 17 años después de la visita de Juan Pablo II en 1992.

El Papa Wojtyla visitó Angola en un momento de calma, en medio de una guerra civil que dejó un país destruido. Hoy, Benedicto XVI se ha encontrado una nación considerada la de mayor crecimiento de Africa (es la primera exportadora de crudos y riquísima en diamantes), pero con un 70 por ciento de su población viviendo en la miseria, unos servicios de educación y salud muy deficiente y con un 17 por ciento de analfabetos.

El Pontífice resaltó en un discurso ante el presidente, José Eduardo Dos Santos, y el cuerpo diplomático, que la paz ha comenzado a echar raíces en Angola y que ha llegado el tiempo de la esperanza en Africa.

"Vosotros podéis transformar el continente, liberando vuestro pueblo del flagelo de la avidez, de la violencia y del desorden, llevándolo por el camino de una moderna civil democracia", afirmó el Papa.

Benedicto XVI añadió que una democracia supone "el respeto y la promoción de los derechos humanos, un gobierno transparente, una magistratura independiente, una comunicación libre, una honrada administración pública, una red de escuelas y de hospitales, y la firme determinación de acabar de una vez por todas con la corrupción".

La corrupción es uno de los graves problemas del Continente Negro, que según la Iglesia Católica puede desestabilizar los países.

Benedicto XVI abogó por una "ética de la economía" y señaló que para el desarrollo económico y social de Africa "es urgente" coordinar esfuerzos para afrontar el problema del cambio climático, la plena y total realización de los compromisos de Doha y la realización de la promesa de los países desarrollados de destinar el 0,7 por ciento del Producto Interior Bruto en ayudas al desarrollo.

"Esta ayuda es hoy día más necesaria debido a la crisis financiera mundial. Espero que la crisis no sacrifique las ayudas", subrayó el Papa.

Benedicto XVI volvió a defender a la familia, señalando que es la base de la sociedad, y denunció la "opresora discriminación" sobre las mujeres y jóvenes y la "innombrable" violencia y explotación sexual de las mismas, que causa tantas humillaciones y traumas.

En su discurso, el Papa también denunció el aborto, señalando que es una "ironía" el que se incluya como una acción de "salud materna".

"Que desconcertante es la tesis de los que consideran que la supresión de la vida sería una cuestión de salud reproductiva", subrayó.

En un país donde la miseria alcanza al 70 por ciento de la población, el Papa reiteró la opción de la Iglesia por los pobres y garantizó que ésta "hará todo lo posible para ayudar a las familia, "incluidas las que están afectadas por los trágicos efectos del sida", y para promover la igualdad entre hombres y mujeres, sobre la base de una armoniosa complementariedad".

El Papa Ratzinger llegó a Luanda procedente de Yaundé, la capital de Camerún, y tras ser saludado por el presidente Dos Santos y su esposa y recibir honores militares, en su discurso de bienvenida abogó por una sociedad de justicia, paz y solidaridad, basada en la caridad y en el perdón recíproco y animó a los angoleños "a no ceder ante el más fuerte".

El Papa recordó que el viene de un país, Alemania, "que conoció la guerra y la división entre sus habitantes debido a una ideología devastadora e inhumana (en referencia al nazismo) que, bajo la falsa apariencia de sueños e ilusiones, colocaba en los hombres el yugo de la opresión".

"Por eso podéis entender lo sensible que yo soy al diálogo entre los hombres como medio para superar cualquier forma de conflicto y para hacer de cada nación una casa de paz y hermandad", agregó.

Su primera jornada en Luanda concluye con una reunión con los obispos de Angola y Santo Tomé.