Francisco ha saludado "con especial afecto" a los niños de Ucrania huérfanos y refugiados a causa del "conflicto armado" que todavía se extiende en el Este del país y ha renovado su llamamiento para que se busque "una paz duradera que alivie a la población y que ofrezca un futuro prometedor para las nuevas generaciones".
A principios del mes de abril, el Pontífice anunció una colecta especial en todas las Iglesias católicas de Europa para ayudar a los que sufren en esa región. Paralelamente, está previsto que el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, viaje el próximo mes de julio a Ucrania para expresar su solidaridad con las víctimas.
Por otro lado, durante la catequesis, el Papa ha sentenciado que los cristianos que se olvidan de los pobres están "despreciando" a Dios. "Ignorar al pobre es despreciar a Dios --ha manifestado--. La misericordia de Dios hacia nosotros está ligada a nuestra misericordia hacia el prójimo. Cuando falta la nuestra, tampoco la de Dios encuentra espacio en nuestro corazón cerrado, no puede entrar".
Francisco, que ha reflexionado sobre la parábola de Lázaro, ha explicado que para convertirse al cristianismo no hay que esperar acontecimientos prodigiosos, sino que es necesario "abrir el corazón a la palabra de Dios".
"Ningún mensajero, ni ningún mensaje podrán sustituir a los pobres que encontramos en el camino porque en ellos ocurre el encuentro con Jesús -- ha determinado--. Cuántas veces la gente hace como que no ve con los pobres. Para ellos los pobres no existen".