Durante la audiencia general de este miércoles, Francisco ha denunciado que este modelo conduce "a la persona a cerrarse sobre sí misma" y concibe la vida como "una moda a seguir y que hay que cambiar con cada estación".
En este sentido, ha defendido que la realidad debe ser vivida por aquello que es y esto hace necesario que se afronten sin eludirlas "situaciones de necesidad urgente".
Así, ha pedido a los cientos de fieles que se han congregado en la plaza de San Pedro que se cumplan gestos de misericordia cotidiana como dar de comer y beber al pobre.
"No hay distancia alguna entre yo y él o él y yo, y me siento interpelado. En este caso, ¿cuál es mi reacción?, ¿evito mirarle y voy a otra cosa? O me paro a hablar y me intereso sobre su estado? ¿Veo si puedo acoger de alguna manera a esa persona o busco librarme de ella lo antes posible? Quizás ella solo pida lo necesario: algo de comer y beber", ha reflexionado.
En esta línea, ha explicado que las donaciones de dinero que se hacen a los países en desarrollo pueden contribuir a "aliviar el sufrimiento de muchos". Sin embargo, ha precisado que ese gesto "no involucra directamente" a la persona.
Y ha agregado finalmente: "Cuando andamos por la calle y nos encontramos con alguien que tiene necesidad, o un pobre llama a la puerta de nuestra casa, es muy diferente, porque no estamos más delante de una imagen, sino que somos involucrados en primera persona".