"Somos realmente pueblo santo de Dios aunque, a causa de nuestros pecados, no somos todavía un pueblo plenamente unido. La misericordia de Dios, que actúa en el Bautismo, es más fuerte que nuestras divisiones. En la medida en que recibimos la gracia de la misericordia, nosotros nos transformamos siempre más plenamente en pueblo de Dios", ha precisado.
Francisco ha explicado que cuando los cristianos dicen que comparten "un solo bautismo" están afirmando que todos comparten "la experiencia de estar llamados de las tinieblas feroces y alienantes al encuentro con el Dios vivo, pleno de misericordia". Y, según ha matizado, aunque todos hayan experimentado "el egoísmo, que genera división, cerrazón, desprecio", el bautismo significa "reencontrar la fuente de la misericordia".
También ha recordado la misión común que tienen de transmitir la misericordia recibida a los otros, comenzando por los más pobres y abandonados". "Todos, católicos, ortodoxos y protestantes, formamos un sacerdocio real y una nación santa", ha precisado.
En este sentido, ha deseado que durante esta Semana de Oración trabajen por encontrar el modo de colaborar juntos para llevar la misericordia de Dios "a cada parte de la tierra", yendo "más allá de las divisiones".