El Papa a los obispos de la Unión de Utrecht: "En nuestra separación ha habido graves pecados por ambas partes"

EUROPA PRESS 30/10/2014 14:32

La Unión de Utrecht es una federación de Iglesias católicas antiguas que no están en comunión con la Iglesia de Roma, pues disienten de ella en varios aspectos, principalmente respecto al dogma de la Infalibilidad Pontificia.

La Declaración de Utrecht solidificó este movimiento en 1889. La Unión de Utrecht está en plena comunión con la Comunión Anglicana, de acuerdo a lo estipulado en el Acuerdo de Bonn de 1931, y con la Iglesia filipina independiente.

Durante su intervención, Francisco ha pedido "un espíritu de perdón mutuo y humilde arrepentimiento" que fortalezca el deseo de "reconciliación y de paz".

"El camino hacia la unidad comienza con una transformación del corazón, la conversión interior", ha explicado. El Papa ha subrayado que su visita es la ocasión para reflexionar sobre su "común viaje ecuménico".

Además, ha puesto en valor que tras la promulgación del Decreto sobre el Ecumenismo del Concilio Vaticano II ha sido posible "construir puentes de entendimiento mutuo y de cooperación práctica".

Así ha manifestado su aflicción al constatar "nuevos desacuerdos" surgidos entre la Iglesia católica y la Unión de Utrecht sobre todo en "cuestiones teológicas y eclesiales" que según ha expresado el Pontífice "son ahora más difíciles de superar" por la distancia de ambos en referencia al "ministerio y al discernimiento ético".

Por ello ha llamado a "perseverar el diálogo teológico sustancial" y a trabajar "en un espíritu más profundo de conversión hacia todo lo que Cristo quiere para su Iglesia".

SED DE DIOS EN EUROPA

Además ha señalado que en el corazón de Europa, del que ha dicho que está "confundido acerca de su identidad y de su vocación", hay muchas áreas en las que los católicos y la Unión de Utrecht pueden trabajar juntos, "tratando de responder a la profunda crisis espiritual que afecta a los individuos y la sociedad".

"Hay una sed de Dios", ha expresado. En ese sentido ha explicado que hay "un profundo deseo de redescubrir el sentido de la vida" así como "una necesidad urgente de un testigo creíble de las verdades y los valores del Evangelio".

Así ha dicho que "el alma del ecumenismo es el cambio de corazón" y ha pedido oraciones para reconciliar todos los cristianos en la unidad de la Iglesia de Cristo.