Los casos de pederastia comienzan a ahogar a la jerarquía eclesiástica

ANDRÉS VILLENA 17/03/2010 17:34

Los escándalos son tan graves que las peticiones de perdón parecen en todo momento insuficientes. El primado de la Iglesia Católica de Irlanda, el cardenal Sean Brady, se disculpó en ese sentido este miércoles, al reconocer que pidió en 1975 a dos niños de diez y catorce años que firmasen un acuerdo por el que juraban no contar los abusos que aseguraban haber sufrido a manos del cura pedófilo Brendan Smyth, que continuó abusando impunemente de niños hasta que, tras veinte años de denuncias, tuvo que rendir cuentas ante la Justicia.

"Quiero decir a quienes se hayan sentido heridos por cualquier fallo mío que les pido perdón con todo mi corazón. (...) También pido disculpas a todos los que sientan que les he defraudado", manifestó. "Al mirar atrás, me avergüenzo de no haber defendido siempre los valores que profeso y en los que creo", confesó Brady, que solo dejará de ser primado si el Papa Benedicto XVI se lo pide, ya que solo obedecía las órdenes de su obispo.

El difícil papel de Benedicto XVI

Un Benedicto XVI que no se mostrará especialmente misericordioso con estas modalidades de corrupción eclesiástica. El Papa se ha reunido en tres ocasiones ya con los obispos de Irlanda, tras conocerse el pasado año dos informes que desvelaron que durante décadas centenares de niños sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes en ese país, sobre todo en la archidiócesis de Dublín desde 1975 a 2004. Las cifras son escalofriantes y hablan de miles de menores violados y torturados por sacerdotes a lo largo de los últimos setenta años en instituciones estatales regentadas por religiosos.

"El Papa considera que el abuso sexual de niños y jóvenes no es sólo un crimen atroz, sino también un grave pecado que ofende a Dios e hiere la dignidad del ser humano", señaló en frebrero la Santa Sede en un comunicado. En términos distintos se pronunció este martes el secretario general del Vaticano, Tarcisio Bertone, que, ante la marea de críticas, denunció una suerte de conspiración mediático-lucrativa contra la Iglesia: "La Iglesia tiene de su lado una ayuda especial de arriba". No parece suficiente.

El propio Benedicto XVI no está exento de conflictos. . El Pontífice defendió públicamente el "valor sagrado" del celibato sacerdotal y aseguró que, además, este goza de "gran consideración" en las Iglesias orientales. No obstante, según publicó el diario 'La República', el debate estaría calando hondo en la Santa Sede, donde ya se estaría discutiendo sobre la conveniencia de esta normativa. La pasada semana tuvo que salir al paso de unas declaraciones realizadas por el Arzobispo de Viena, Christophe Schönborn , en las que este establecía La pasada semana tuvo que salir al paso de unas declaraciones realizadas por el Arzobispo de Viena, Christophe Schönbornuna relación causa-efecto entre el celibato y los abusos a menores

Alemania lleva todo el mes de marzo salpicada por la publicación de casos de pederastia. Uno de ellos amenaza además al prestigio del propio Pontífice, que, según publicó el diario alemán 'Süddeutsche Zeitung', habría autorizado en la década de los años 80, cuando era arzobispo de Múnich y Freising (Alemania), que un cura con antecedentes de pederastia y que había sido expulsado por eso del obispado de la ciudad alemana de Essen, Gerhard Gruber, hiciera labor pastoral en la capital bávara

Posteriormente, el Vaticano precisó que Benedicto XVI es absolutamente ajeno al caso del cura pederasta de Hessen y recalcó que Gruber había asumido toda la responsabilidad. Sin embargo, el mero hecho de que el nombre de Ratzinger saliera a colación con ese sacerdote le da una relevancia aún mayor al caso, en que se mezclan un cúmulo de errores y aparentes negligencias.

Este caso se suma a la larga serie de revelaciones surgidas desde que el pasado febrero salió a la luz el escándalo de pederastia en la escuela de elite jesuita Canisius , en Berlín, en la década de los años 80. Desde entonces, el goteo de informaciones afecta a casi todas las diócesis de Alemania, con un total de 23 escuelas o internados y especial incidencia en conventos de la Baviera natal de Ratzinger.

Para colmo, hace una semana, el nombre de Georg Ratzinger, hermano del Papa, se vio ya relacionado con los escándalos de pederastia, por presuntos abusos sexuales en la escuela del Coro de la Catedral de Ratisbona (Baviera), de la que fue director musical. Además, al hermano del Pontífice se le atribuían supuestos ataques coléricos, que lo habrían llevado en algunas ocasiones a lanzar sillas a sus propios alumnos.

Todo hace pensar que hace falta una especie de catársis social en el seno de las distintas iglesias que se han visto implicadas en este tipo de casos. Lo sucedido no deja de reflejar la opacidad de unas instituciones cada vez más alejadas del sentir de los ciudadanos. En Occidente, cada vez menos ciudadanos quiere tener algo que ver con el oficialismo cristiano. Las próximas fechas serán decisivas.