Hace un tiempo, José Manuel y su hermano decidieron montar una administración de lotería en su propio bar. Lo que no sabían es que la suerte propia del nuevo negocio les acabaría sonriendo a ellos mismos.
¿Cómo? Simplemente sellando de forma errónea una quiniela que terminó en pleno al quince. La papeleta les costó la friolera de 324 euros, pero terminaron embolsando algo más de millón y medio de euros.
Seguirán con el negocio, esperando que la próxima vez sean sus clientes los agraciados.
MV