La mujer fue la protagonista de 85 proyectos de Manos Unidas en 2015 que combaten la feminización de la pobreza

EUROPA PRESS 04/03/2016 17:41

Así lo denuncia Manos Unidas, con motivo de la celebración el próximo martes 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Además, añade que no solo la pobreza tiene nombre de mujer sino también "la desigualdad y la exclusión".

Para la ONG, los problemas relacionados con la salud, la atención médica y sanitaria, la educación, la formación profesional, la legislación vigente, las costumbres, la violencia, los conflictos armados, así como la participación en la vida social y en la actividad económica, son "graves cuestiones que exigen un diálogo riguroso por parte de todos los implicados, para poder encontrar soluciones eficaces, estables y duraderas".

Manos Unidas reconoce que, a lo largo de más de medio siglo de trabajo, ha sido testigo de "enormes avances" en igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, en "protección legal y garantías jurídicas", en "la instrucción de las niñas y la promoción de las mujeres".

Sin embargo, ha constatado que la mujer "sigue siendo víctima de la desigualdad y, como consecuencia de ello, de la pobreza, el hambre, la enfermedad, el analfabetismo, el tráfico y la deportación para la explotación sexual, el desempleo y el trabajo esclavo, la discriminación, la exclusión de la vida pública y del ejercicio del poder".

Por ello, Manos Unidas dedica cada año decenas de proyectos exclusivamente a la promoción de la mujer. "Organizadas en asociaciones y cooperativas, en el ámbito agrario, educativo, sanitario, económico y cultural, las mujeres son agentes fundamentales de desarrollo, de creación de renta familiar y de beneficios sociales", asegura la técnico del departamento de Estudios y Documentación de la ONG, María José Hernando.

DE NO PODER A ESTUDIAR A OCUPAR UN ESCAÑO

Esta promoción se refleja en la joven de 26 años Kawtar Bwidan, que trabaja como secretaria de la Asociación SAFAE, que recibe apoyo de Manos Unidas para la producción y comercialización de plantas aromáticas y medicinales autóctonas de la zona rural de Tetuán (Marruecos), donde se localiza el proyecto.

Como tantas otras mujeres de la comunidad de Jazan Laou, Kawtar tuvo que abandonar la escuela en 6º de Primaria. La pobreza y la primacía del hombre sobre la mujer fueron las causas que la obligaron, a su pesar, a cambiar los lápices y cuadernos, por aperos de labranza, escobas y cacerolas.

"A pesar de que el gobierno marroquí ha preconizado ciertos avances en favor de la mujer, éstos tardan en llegar y más todavía si se trata de mujer rural, pobre y analfabeta", explica la hermana Mari Carmen Sánchez, hija de la Caridad en Marruecos.

En el año 2013, Kawtar Bwidan se unió al proyecto de apoyo a la educación primaria y la capacitación y promoción de la mujer rural con el que colabora Manos Unidas a petición de la asociación AMED, su socio local. Allí se formó y el pasado mes de septiembre se presentó a unas elecciones en las que los marroquíes eligieron a sus representantes para ocupar 30.000 concejalías y casi 700 escaños regionales y ella fue una de las elegidas.

"El trabajo en el grupo y en la asociación SAFAE me ha empujado a participar en las últimas elecciones de mi comunidad y he podido ganar un escaño en la comuna rural Al Oued. Así puedo representar a la mujer de nuestra zona y defender los derechos de las mujeres y ayudarlas en todo lo que pueda. Creo que la mujer tiene más que ofrecer que el hombre en política", comenta.

La técnico del departamento de África de Manos Unidas, Jessica del Olmo, asegura que los resultados intangibles del proyecto, como la mayor autoestima o la posibilidad de acceder a espacios antes vedados para las mujeres, "son una prueba más de que se está trabajando bien, y de que la ayuda al desarrollo funciona".

"Proyectos como este demuestran que las mujeres, con la creación de las capacidades necesarias, toman la iniciativa, exponen sus necesidades y buscan oportunidades y soluciones", explica.