El hombre se fijó en un primer momento en el importe de unos 572,55 euros y no en el nombre, pero cuando se percató de la barbaridad que estaba escrita en la carta, no dudó en mostrar la factura a una comercial de otra empresa energética para que le ofreciese un cambio de compañía. La chica le preguntó si ese posible nombre pudiese ser el de su empresa, pero no coincidía por ningún sitio.
Una modificación que podría haber surgido en la base de datos de la compañía, pues una llamada que efectuó el empresario, de origen uruguayo, a Iberdrola hace tres semanas para arreglar un problemacon las facturas podría ser el origen de todo el lío. Fue atendido por una mujer que le explicó los trámites que tenía que realizar y que, una vez hechos, llamara de nuevo.
El problema se agravó al día siguiente, cuando volvió a llamar y ninguno de los dos empleados pudieron solucional el problema. "En el momento de cortar dije el taco, debió escucharme, aunque lo dije para mí", ha contado Rodríguez a Verne.
El teleoperador, lejos de dejarlo pasar, buscó su venganza personal poniendo el insulto como destinatario de la factura. El homber, que ya ha recibido una llamada de Iberdrola para pedirle disculpas personalmente y ofrecerle un cambio de tarifa, reconoce que se su actitud n ha sido la correcta, "pero a esto no hay derecho", lamentó.