El padre de la niña había consumido una gran cantidad de heroína y en el momento en el que perdió el conocimiento su intención era dirigirse hacia el hospital de Coney Island. La niña, cuando vio a su padre inconsciente, saltó y se sentó sobre él con el fin de mantener el coche dentro de la carretera.
Un asistente de ambulancia vio desde el vehículo a la niña y trató de frenar el coche con la mayor seguridad que pudo. Cuando el Lexus que conducía la niña chocó contra la ambulancia y el coche paró, el asistente comprobó que la niña no había sufrido lesiones y le inyectó Naloxone a su padre para reanimarle.
El padre se encuentra en el hospital pero ha sido condenado por comportamiento temerario y por poner en riesgo la vida de su hija, según cuenta el 'New York Post'.