Los Talcigüines en El Salvador reparten dolorosos azotes para limpiar los pecados

AGENCIA EFE 06/04/2009 20:36

Ataviados con túnicas y máscaras rojas, un total de 24 "hombres endiablados", según su significado en náhuat, inundaron las calles de Texistepeque con el dolor que pregonan sus látigos de cuero, con los que "limpian" de sus pecados a los asistentes.

La tradición de los talcigüines consiste en una representación teatral que recrea la eterna batalla entre "el bien y el mal", aunque año con año los "endiablados" son sometidos por Jesús, quien es representado por un habitante del lugar.

El acto comienza desde muy temprano, cuando los participantes asisten a escuchar misa, confesarse y comulgar.

Acto seguido, los talcigüines corren despavoridos por las empedradas calles de Texistepeque, situado en el departamento de Santa Ana (oeste), para encontrarse en cada esquina con Jesús.

En el encuentro, ambos libran una simulada batalla, que no llega a golpes, en la que finalmente el talcigüin se lanza al piso para permitir que Jesús pase sobre su cuerpo como una señal de derrota.

Luego de este momento cada "endiablado" corre por las calles mientras ondea su latigo y reparte crueles golpes a los turistas, quienes corren a un lugar donde los azotes no los alcancen o los aceptan resignados para lavar sus culpas.

Fuentes de los organizadores señalaron que la tradición es producto de un mestizaje entre las costumbres traídas por los españoles y las de los indígenas que habitaban en las zonas aledañas al pequeño poblado.

Aunque se desconoce la fecha en la que se inició esta tradición, la batalla de los talcigüines es uno de los actos más destacados durante la conmemoración de la Semana Santa en El Salvador, país de mayoría cristiana y donde las procesiones y la devoción inundan las calles e iglesias durante estos días.