El conflicto más violento ocurrió de madrugada, cuando la Policía militar intentó ocupar la favela Chapadao, en la deprimida zona norte de la ciudad, cuyo control estaba en disputa entre dos grupos de narcotraficantes.
En este tiroteo murieron tres sospechosos de pertenecer a uno de los grupos armados y el sargento de la Policía Joelson Pereira.
En otra operación en la favela Ciudad Alta, también en la misma región, otras dos personas murieron en los tiroteos, cuando la Policía intentaba identificar a los presuntos asesinos de un fotógrafo del periódico O Dia, ocurrido la noche del miércoles.
El fotógrafo André Alexandre Azevedo, de 34 años, fue tiroteado supuestamente por asaltantes, cuando conducía su motocicleta por una de las principales carreteras de acceso a la segunda ciudad más populosa de Brasil.
Otros dos tiroteos ocurridos en la madrugada de hoy en diversas barriadas pobres de la metrópoli dejaron un saldo de tres muertos y un policía herido de bala en una pierna.
Los métodos violentos de la Policía de Río han recibido duras críticas de diversos organismos internacionales, entre los que destaca Naciones Unidas y asociaciones de derechos civiles como Amnistía Internacional.
Según los últimos datos oficiales disponibles, en los primeros diez meses de 2008, se registraron 1.906 muertes de sospechosos en enfrentamientos con la Policía, cifra que contrasta con la muerte de 22 policías en servicio, en el cómputo del estado de Río de Janeiro.
En el mismo período, se registraron 4.694 homicidios en primer grado, 195 fallecimientos en intentos de robos y además, la Policía ha hallado 511 cadáveres, a los que no se ha podido relacionar con un acto violento determinado, por lo que no se han computado en la estadística de homicidios.