Los expertos de la agencia explican que la exposición a estos dos químicos puede afectar de manera negativa al desarrollo de neuronas y estructuras cerebrales asociadas a funciones como el aprendizaje y la memoria.
Así, advierten de que los niveles máximos de exposición pueden "no constituir una protección suficiente para evitar una neurotoxicidad" y apuestan por "reducirlos".
Los 'valores de referencia toxicológicos' ofrecen indicadores claras sobre la dosis de una sustancia a la que un consumidor puede estar expuesto a corto y largo plazo sin que por ello se ponga en riesgo su salud.
Con todo, la EFSA admite que las pruebas disponibles son "limitadas" y pide nuevas investigaciones a escala europea para contar con datos más sólidos, siempre subrayando que las dudas en cuanto a la seguridad de estos insecticidas son "legítimas".
Además considera necesario que se establezcan "criterios claros y coherentes" para que sea obligatorio presentar estudios sobre neurotoxicidad en el proceso de autorización dentro de la Unión Europea.