Así, desde el lunes 23 hasta el miércoles 25 de mayo se pronunciarán conferencias abiertas al público sobre temas relacionados con este certamen y con las raíces cristianas de Cataluña, en el salón de actos del Instituto Maria Santissima Bambina del Vaticano, según informan los organizadores.
El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, el obispo de Terrassa, Josep Àngel Sainz Meneses, y otros prelados catalanes, serán los encargados de inaugurar el próximo lunes la exposición, a la que se espera que asistan un centenar de españoles. La exposición ha sido organizada por la Federación de Cristianos de Cataluña y la Subfederación Grup Avant de Terrassa.
Asimismo, acudirán a la inauguración la consejera de Gobernación de la Generalitat de Cataluña, Meritxell Borràs, el director de Asuntos Religiosos de Cataluña, Enric Vendrell, y representantes de la Embajada de España en la Santa Sede.
La muestra, que es audiovisual y lleva por título 'Con Dios todo es posible', permanecerá abierta al público en la Sala de Exposiciones del Instituto Maria Santissima Bambina del Vaticano hasta el miércoles 25 de mayo y repasa los principales hitos del certamen a lo largo de la historia.
El objetivo es explicar cómo funciona el concurso paso a paso y darlo a conocer al Papa Francisco y al mundo, para conseguir que otros países copien el modelo y lo convoquen. Precisamente, el miércoles 25 de mayo los organizadores harán entrega al Pontífice de una edición exclusiva del álbum de los 30 años del concurso, durante la audiencia general.
1,2 MILLONES DE ALUMNOS
El Concurso Bíblico de Cataluña comenzó a celebrarse en 1986 y, por él han pasado más de 1,2 millones de alumnos de 1.000 escuelas públicas y privadas catalanas. El certamen acumula cerca de 5.000 ganadores y se ha celebrado ininterrumpidamente todos los años en todas las diócesis de Cataluña.
Actualmente, cada año, participan alrededor del 20% de los centros escolares de Cataluña. En la edición de este curso 2015-2016, han participado cerca de 62.000 niños y jóvenes. Desde sus inicios, el concurso prentende ser "una herramienta evangelizadora y ecuménica sencilla, que despierte la sed de Dios en los niños, adolescentes y jóvenes, para que todos conozcan el Jesús de los evangelios".