Un yihadista investigado por Mossos detectó que le seguía "todo un avispero"

EUROPA PRESS 09/06/2015 17:32

Según se desprende del sumario al que ha tenido acceso Europa Press de la operación Caronte, realizada por los Mossos el 8 de abril y que se saldó con 11 detenidos, la supuesta intromisión de la Policía Nacional en su investigación hizo que los presuntos yihadistas dejaran de utilizar sus teléfonos para hablar de temas relacionados con la Yihad, cambiaran de teléfonos, dejaran de reunirse y tomaran medidas de seguridad y vigilancia.

Según recogen los Mossos, entre las pruebas de que sabían que les estaban siguiendo esta la conversación en que uno de los miembros de la célula arrestado en Bulgaria de camino a Siria, Taoufiq M., le aseguró a Jacob O.C. que estaban pasando "cosas raras", a lo éste le contestó que tenía "moscas detrás" o "todo un avispero".

Atribuyeron estos seguimientos a "mentiras" que los muzarik ('chivatos', musulmanes del entorno de su mezquita) pueden haber contado de ellos, propiciando la alerta de la policía.

También la prometida de Taoufiq M. detectó que la estaba siguiendo un coche gris --así se lo contó en una conversación intervenida-- que supuestamente los Mossos consideran que corresponde a la Policía.

Los Mossos alertaron al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que instruye el caso, de que, además de un presunto soplo policial a la célula, que ha sido archivado, la policía hizo seguimientos a los miembros de la célula "con clara voluntad de entorpecer y dificultar" su investigación.

COINCIDENCIAS EN LA INVESTIGACIÓN

Los Mossos constataron a partir del 7 de octubre de 2014 la presencia de policías siguiendo a las mismas personas de la célula hasta cuatro veces y realizaron una reunión al más alto nivel dentro de sendas comisarías de Información para informar a la Policía que estaban llevando una investigación por orden de la Audiencia Nacional y que "era conveniente para el buen fin de la investigación no enturbiar dichas diligencias".

En esa reunión se informó de la existencia de un agente encubierto en el entorno investigado, y pidió "que no se realizara ninguna acción que pudiera poner en riesgo la integridad física del mismo y el buen fin de la investigación", a lo que los responsables del Cuerpo Nacional de Policía se comprometieron a no hacer seguimientos a los objetivos de Mossos.

No obstante, posteriormente se volvieron a detectar a policías nacionales haciendo seguimientos a la célula, siempre según el oficio de Mossos, hasta en cuatro ocasiones, que también fueron "detectadas por algunos de los investigados".

CHIVATAZO

Según consta en un oficio de los Mossos, dos miembros de la comunidad salafista de Mataró (Barcelona) acudieron el 7 de noviembre a una reunión de la célula investigada junto a dos presuntos miembros, y allí les pidieron que "no siguieran por el camino de la Yihad, que no era el camino correcto".

Seguidamente, les explicaron "que un jefe de la policía les había dicho que los Mossos les estaban investigando y que en unas tres semanas les iban a detener a todos".

También les relató que dicho policía "les enseñó diversas fotografías de los investigados, hechas supuestamente en el curso de vigilancias policiales, para corroborar esta información".

Los Mossos constataron que posteriormente estas dos personas se reunieron con dos mandos de la Brigada Provincial de Información de Barcelona, y así se lo transmitieron al juez, que en dos ocasiones ha decidido archivar estas diligencias.