La intensa lluvia, que creó bolsas de agua en la pista, y las nubes bajas, que dificultan la visibilidad, provocaron que los monoplazas se quedaran en sus garajes, en una jornada en la que las previsiones meteorológicas no ayudaron al optimismo.
El circuito se quedó totalmente parado después de que a primera hora intentaran salir al asfalto luso los bólidos del alemán Timo Glock (Toyota), el japonés Kazuki Nakajima (Williams) y el suizo Sebastien Buemi (Toro Rosso), que acabaron por desistir ante el adverso panorama meteorológico.
Por su parte Alonso y el piloto finlandés de McLaren, Heikki Kovalainen, que sustituía en las pruebas al campeón del mundo británico Lewis Hamilton, ni siquiera realizaron el intento.
Los pilotos no consiguieron probar todo lo que deseaban algunos de los nuevos sistemas impuestos por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), como los neumático lisos o el KERS, sistema de recuperación de energía cinética en la frenada que permite un aumento momentáneo en la potencia del monoplaza de hasta 80 caballos.
La nueva arma del español Alonso, el R29, ha sido uno de los vehículos que menos ha rodado durante la semana, puesto que los dos primeros días, al mando del brasileño Nelsinho Piquet, sólo completó 42 vueltas que se suman a las 86 efectuadas por su compañero y número siete de Renault.
Durante las jornadas de esta semana, el STR3 del piloto de Toro Rosso Buemi fue el gran dominador de los tiempos, aunque el suizo corría también con el coche de la anterior temporada.
JWS
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