Nervios e ilusión en el último casting de 'Operación Triunfo'

NURIA MORÁN 17/03/2008 13:50

Un año más los nervios y las ilusiones se apoderan de miles de personas que esperan ver realizados sus sueños. Niños, jóvenes y no tan jóvenes se agolpan a las puertas del Recinto Ferial de Madrid. Todavía quedan muchas horas para que los tres miembros del jurado ocupen sus puestos, pero como si del examen más importante de sus vidas se tratase la cola ya dobla la esquina del parque.

La noche será larga, por lo que los aspirantes a triunfitos que han decidido pasar la noche a la intemperie para ser los primeros en demostrar que 'ellos sí que valen' se han preparado para lo que les espera. No hace demasiado frío, pero tanto tiempo sobre el suelo puede repercutir negativamente en las voces que llevan entrenándose varios días. El tiempo no es lo único que influirá en estos desconocidos artistas, ya que el alcohol y las ganas de cantar pueden hacer que el momento de la verdad no sea tal y como habían soñado.

Por fin amanece, y aunque muchos no han dormido ni un solo minuto, algo no demasiado recomendable antes de enfrentarte a una prueba de ese calibre, todos se preparan para dar la mejor impresión posible. Ya han recogido las tiendas de campaña y la cola que los llevará ante los biombos de la gran sala comienza a esculpirse recta y algo tensa. Los medios de transporten llegan abarrotados de grupos, guitarras y de muchas personas que acuden sin ninguna compañía, probablemente porque han preferido no revelar a nadie que esa mañana de sábado están dispuestos a sacar su mejor chorro de voz ante el temido jurado de 'OT'.

El nerviosismo y la ilusión son los únicos sentimientos que se detectan entre los concursantes que esperan con ansia su número. Por fin se abren las puertas y el primer joven entra en uno de los biombos tras los que se esconde la persona que decidirá su futuro."Mala suerte, vuelve otro año", "muchas gracias por venir", las esperanzas de muchas personas se desvanecen para siempre con estas típicas frases.

No se sabe muy bien lo que buscan en el programa, ya que voces angelicales se quedan con las ganas de volver otro día. Estilo, personalidad y mucha voz, para entrar en la Academia hace falta reunir un conjunto de cualidades.

No es difícil distinguir a los que han logrado pasar esta primera fase del casting y a los que no. Las cabezas bajas y la semblanza de desesperanza identifican a los últimos, mientras que las llamadas telefónicas a familiares y amigos acompañados de gritos de júbilo dejan muy claro quienes serán aquellos afortunados que se enfrentarán a la prueba final de Barcelona.