'Sálvame' comenzó de la nada. En sus más tiernos inicios, el programa se desarrollaba en un plató tan pequeño que era apodado cariñosamente por sus ocupantes como 'la bombonera'. Sus colaboradores, guiados y movidos ya por Jorge Javier Vázquez estaban allí, o al menos eso se suponía, para comentarnos lo ocurría entre los supervivientes que concursaban en Honduras. Sin embargo, al equipo de Sálvame nunca les han gustado los límites y los transgredieron desde el principio. De la isla de Supervivientes se iban a sus temas favoritos comentando la última aparición de la Pantoja, recibiendo en plató a Malena Gracia o contándonos sus propias batallitas profesionales (y amorosas).
Ellos mismos lo decían, "nadie da un duro por nosotros" y era cierto. Su horario variaba según el resto de la parrilla de programación, seguían arrinconados en un pequeño hueco de los estudios de Telecinco pero, poco a poco, supieron cómo hacerse un hueco y ese hueco se ha convertido en uno de los espacios más seguidos y más queridos por la audiencia de la cadena.
Acabó 'Supervivientes' pero no así 'Sálvame' que se convirtió en un programa con identidad propia. 'La bombonera' pasó a la historia y todos los 'salvados' se trasladaron a un plató más acorde a sus necesidades y su éxito. También se agrandó su presencia en televisión ya que cada vez gozaban de más minutos en pantalla, un hecho que les ha llevado a ocupar nuestras pequeñas pantallas tres horas cada día y más de cinco los viernes con la edición de 'Sálvame Deluxe'.
De 'Supervivientes' al corazón o, más bien, a lo que Jorge Javier Vázquez denomina 'neorrealismo televisivo'. El presentador defiende que no hace un programa de corazón, sino un programa que refleja una realidad donde las salidas de plató, las lágrimas o la alegría están a la orden del día. Todos nos asustamos cuando vimos a una Tamara, muy embarazada, (la ex de Paquirrín) abandonar el plató presa de la furia y cómo Jorge Javier Vázquez salió a su encuentro micro en mano y con una cámara a su espalda. Sin duda, este hecho sembró precedentes y las salidas de plató se han convertido en una seña de identidad del programa que se ha repetido a lo largo de los días. Todos recordamos cómo Karmele se desmayaba para luego ser trasladada a la Sala Vip, cómo Kiko Hernández se metía entre bambalinas para dar los últimos toques a sus celebradas informaciones o cómo el presentador salía hasta la misma puerta de los estudios para acompañar a los invitados en sus despedidas.
Pronto, los colaboradores, con sus aventuras y sus desventuras, cobraron tanto o más protagonismo como la información que nos ofrecían cada tarde. Hemos sido testigos de las lágrimas de Belén tras su ruptura con Fran, de su alegría con la reconciliación y testigos directos de su cambio estético. También son para recordar los momentos que nos ha dejado con su incidente doméstico con las rosquillas asesinas, su cambio de look estilo 'Duque' o sus declaraciones de amor a Jorge Javier Vázquez. Y cómo vamos a olvidar a Popie. Karmele tenía un sueño: Ir a Eurovisión, y su ilusión estuvo a punto de verse convertida en realidad. Pero el espejismo se rompió pronto. Karmele Marchante vio cómo su candidatura era eliminada y, con el apoyo de Sálvame se proponía luchar hasta el final. Kiko Hernández
Sin duda, uno de los secretos del éxito de 'Sálvame' es la relación que mantienen sus colaboradores entre ellos. Sin embargo, el 'buen rollo' general se ve alterado en muchos momentos como los piques entre Belén y Jorge Javier, los enfados de Popie o los mosqueos de Rosa Benito. Pero estuvo protagonizado por Kiko Hernández y Lydia Lozano, los colaboradores vivieron tres días de tensiones durante los que las acusaciones, reproches y lágrimas acaparaban cada minuto del programa. el enfrentamiento más duro
Sonrisas y lágrimas . En Sálvame todo puede ocurrir como lo han demostrado a lo largo de estos Cada vez son más los que conectan sus televisiones tras la comida para pasar la tarde con 'los salvados' y ellos lo han querido agradecer con una celebración por todo lo alto: Un cabaret. El plató se convirtió en una copia del famoso 'Moulin Rouge' donde todos sus miembros se transformaron en cabareteras y bailarines. ¿El objetivo? Celebrar el éxito y agradecer a la audiencia su fidelidad tarde a tarde. 200 programas.
Recordarmos los 200 programas en 200 segundos Cantar y bailar en su programa. y, como broche de honor, Jorge Javier Vázquez se disponía a cumplir un sueño: Acompañado de un cuerpo de bailarinas, el presentador arrasó con el tema 'Soy lo que soy' concluyendo con un gracias para dar por finalizado el 200 aniversario de 'Sálvame'.