Chiqui: "Creo que mi hermana mayor murió para que yo pudiera nacer"

telecinco.es 14/01/2012 02:26

“¡Qué grande es ‘La Caja’!”. Estas han sido las primeras palabras de Chiqui al ver el cubículo en el que se iba a someter a terapia de choque, una terapia que ha estado centrada en gran parte en su niñez, momento en el que comenzó a ser consciente de que sufría un problema de crecimiento.

“Mido menos de 1’30 cm, 1’29 cm exactamente. Esto es así porque tengo los genes de mi madre, me falta la hormona del crecimiento”, comentó Chiqui en relación a su estatura. Sin embargo, ha querido dejar claro que siempre ha sido una niña feliz y que “ser pequeñita” nunca le ha causado ningún sufrimiento:

“Siempre he sido muy sociable, tenía muchos amigos. Mis amigas siempre me han aceptado. He sido muy peligrosa, siempre me gustaba la aventura y los riesgos. Lo único que me daba rabia de ser pequeña era que tuvieran que cortarme la ropa, pero no en lo físico, porque nunca me ha repercutido en mi vida el hecho de medir 1’29 cm. Siempre me he puesto objetivos como, por ejemplo, sacarme el carnet, todas esas situaciones las he ido resolviendo”.

Chiqui ha continuado explicando que en el colegio siempre se portaron bien con ella y no se metieron con su estatura, según ella, porque “de niña no se notaba tanto la diferencia de estatura, ha sido algo que se ha notado más con los años. La verdad es que en el colegio no se metían conmigo y si lo hacían era por gordita, no por la altura. Yo creo que les daba miedo, era un poco mala, echada para adelante. Nunca me ha acobardado nada, incluso me metía con niños mayores que yo”.

Su sufrimiento real, según ella, más que por los insultos o las burlas, venía por lo llamativa que era, lo que la llevaba a sufrir “mal de ojo”: “Cuando hacía actuaciones en el colegio siempre me hacían mal de ojo y luego llegaba mal a casa. No había día que hiciera una actuación y no me lo hicieran. Es como que me miraban con fuerza y me ponía mala, llegaba vomitando, con fiebre. Mi madre llamaba a las señoras mayores que lo quitaban y me curaban. Ahora ya no me lo hacen, porque ya lo evito yo, con trucos que tiene una”.

Aunque a Chiqui nunca le ha importado su estatura, a sus padres sí les preocupó mucho, por lo que la sometieron, durante dos años, a un tratamiento de crecimiento a base de unas inyecciones. “Yo sabía que no iba a crecer, cuando una persona es de una manera debe ser así y punto”, ha confesado Almudena. Precisamente por eso se opuso a someterse a una operación de estiramiento de huesos:

“¿Eres mejor persona por tener 10 cm más? Yo creo que no, porque ser baja nunca me ha impedido hacer nada de lo que me he propuesto. Lo que yo no quería hacer era perder tres años de mi vida por crecer 10 cm, cuando eso te lo puede solucionar un tacón. Si uno se acepta, los demás también te aceptan”. Almudena ha asegurado que desde siempre tuvo las ideas claras respecto al tema de la operación, pero ha confesado que entiende perfectamente que sus padres lo intentaran todo, algo por lo que en el fondo se siente culpable:

“Mis padres no querían que yo dijera nunca que no habían luchado por mí, porque se sentían culpables. Pero yo sé que siempre han movido cielo y tierra por mí y por mi hermana, ellos siempre han hecho lo que han podido y más. Mis padres han tenido que hacer muchas horas extras para pagarme los medicamentos y me siento orgullosa de ellos por eso. No me siento culpable porque ¿qué culpa tengo yo de haber nacido más pequeña de lo normal? Pero les he dado más cariño que mi hermana, que es grande”.

La psicóloga de ‘La Caja’, antes de finalizar el tema sobre su estatura, quiso que mirara una foto de su niñez y le diera un consejo a la “Almudena niña”: “Que tires para adelante, que luches, que eso no te va a faltar en la vida. Que tus padres te quieren mucho, toda tu familia, que no seas tan cabezota, que hagas caso cuando tus padres te dicen algo, que es por tu bien. Que vas a ser muy feliz, que te va a casar y va a tener niños”.

La muerte de su hermana, su gran trauma

Almudena ha contado en ‘La Caja’ que tiene una excelente relación con su familia, aunque siente una gran debilidad por su madre: “Me llevo mejor con mi madre, porque es más como yo. Mi padre y mi hermana son muy obsoletos, muy retraídos, más antipáticos, más serios. A mi madre y a mí siempre nos ha gustado el cachondeo y la fiesta”.

Mientras hablaba de su familia, Chiqui no ha podido reprimir las lágrimas y, muy sincera como siempre, ha querido contar con cariño algo que muy pocas personas conocen sobre su familia: “Tuve una hermana a la que no llegué a conocer, Ana Belén. Nació con un problema de falta de oxígeno que le dañó tres de las cuatro partes del cerebro. No veía, no hablaba, no andaba y se murió con tres años. Yo siempre he pensado que soy la reencarnación de mi hermana. Puede sonar cruel, pero creo que ella murió para que yo naciera. A lo mejor mi vida era la que le tocaba vivir a ella, por eso creo que ella es mi ángel de la guardia”.

La experiencia más dramática de Chiqui

Chiqui ha confesado a la psicóloga de ‘La Caja’ que durante una etapa de su vida tuvo una serie de sueños muy desagradables que no la dejaban dormir. La terapeuta ha explicado que estos sucesos se debían a una falta de seguridad en sí misma y al sufrimiento que le causaba lo que vivía en aquel momento.

Asintiendo y con lágrimas en los ojos, Almudena ha dado la razón a la psicóloga y ha desvelado la que ha considerado “la peor experiencia” de su vida. “Mi ex novio tenía doble vida, estaba metido en la droga. Estuve un año y medio con él sin saber nada y cuando me di cuenta me dijo que estaba realmente enganchado”.

La situación pudo con Chiqui, que aunque al principio no quiso escuchar los consejos de los suyos sobre este chico, finalmente le echó valor y descubrió por sí misma la mentira en la que había estado viviendo durante casi dos años: “Esta persona me destrozó la vida. Estaba viviendo una vida que no era verdadera. Decía que estaba trabajando y no era cierto, entró en mi casa como un hijo más y nos engañó a todos. Me enteré por mi tía de lo que pasaba. Él me lo negaba, pero para descubrir la verdad me metí en una casa de yonkis y me lo encontré una calle más arriba. Sufrí mucho, la verdad”.