Siguiendo el ejemplo del sabio refrán mayor es el peligro cuando mayor es el temor, Juanvi recogerá por equivocación un maletín sospechoso en el vestuario de su gimnasio. Pero circunstancias de la vida, lo que hay dentro no es ni champú, ni gel, ni una mísera toalla. No. Lo que lleva a casa sin saberlo es una pistola y una cantidad de cocaína suficiente para dejar al mismísimo Tony Montana con un colocón de espanto. Y claro, fruto del nerviosismo, del desconocimiento a la hora de manejar un arma, de las posibles consecuencias si les atrapa la policía, termina esnifándola (no de manera preconcebida, todo hay que decirlo). Con Juanvi con un puestón del quince, Pablo y Manu serán los encargados de idear un plan para sorprender con las manos en la masa al narcotraficante. Pero el intercambio de maletines no sale como se espera, Juavi sentirá algo más que pasión desorbitada al ver de nuevo a su entrenador del gimnasio, y le dará una oportunidad para escapar. Después de él, lo intentarán Wilma y Manu, pero con un Duque al estilo Chueca, puede que sea más difícil encerrar al camello que 'El Golosina' deje de ligar con todos los presentadores de la televisión.