La mayoría eligió el gallinero, como buenos alumnos díscolos de instituto. Una parada en un área de servicio causó furor entre los empleados, que no dudaron en sacar sus móviles y cámaras digitales para hacerse fotos con sus ídolos. Algunas empleadas llegaron incluso a sacar máquinas desechables del kiosko para tener también inmortalizado el momento en que conocieron a Cata y compañía.
Todos se llevaron un recuerdo del lugar: una de las responsables les obsequió con varios juegos de cartas que los chicos utilizaron para improvisar una timba de póquer en el gallinero, lo cual animó todavía más el autobús. María recibió lecciones de juego de Fernando Andina, que parece ser un auténtico experto en el tema, mientras Thais, por su lado, prefirió no tentarse por el juego -se dice que incluso había apuestas monetarias de por medio- y continuó descansando en su asiento.
Como hemos dicho, los actores se comportaron como dignos alumnos rebeldes de instituto, y así el conductor tuvo que llamarles la atención un par de veces para se sentasen, eso sí, con sentido del humor. La llegada al hotel de Vitoria donde todo el equipo se alojaba no fue de menos nivel: algunas fans entregadas -en mayor medida que chicos, que también había alguno- esperaban a la puerta del lugar para hacerse fotos con todos ellos y pedirles autógrafos.
La situación era divertida : muchas de ellas se acercaban con dudas a los personajes nuevos, sin saber muy bien cuál sería su papel en la serie pero seguramente informadas por nuestra web de que serán personajes clave. María Vázquez fue la más espontánea con los fans, repartiendo besos y fotos a diestro y siniestro, mientras Amaia, tal vez cansada del viaje, se entregaba también a sus fans pero de forma más reservada.
Extrañamente los chicos, exceptuando a Manolo Cardona, fueron los que menos requerimientos tuvieron para las fotos, los autógrafos y los besos. Aunque esa situación seguramente cambie en cuanto la tercera temporada arranque en Telecinco y esta nueva pandilla de chicos malos con buenos sentimientos vuelva a robar el corazón de las espectadoras.