El testimonio de Martínez es crucial

TELECINCO.ES 03/12/2008 18:54

El Duque y Torres piden a Salvador que testifique contra Cortés, él es esa pieza clave que les hace falta para detener al empresario. Pero Martínez sabe que eso es algo imposible lo que le están pidiendo, no porque no quiera ver a su hija sino porque Cortés está ya al tanto de todas sus investigaciones, el comisario ha vendido toda la información sobre el caso: la ruta, los barcos, los puertos, los nombres de las personas implicadas,... todo. "Lo sabía, lo sabía, te lo dije" grita furioso Duque al inspector, el comisario no era de fiar, nadie podía saber nada sobre la operación y al final se ha filtrado. Martínez ante esto no quiere declarar si el comisario sigue siendo jefe de la Brigada de estupefacientes, podría peligrar su vida. A la desesperada Torres propone al abogado de Cortés que si él demuestra que el comisario es un corrupto, y recobra el control del caso, así si que puede garantizar la seguridad del abogado. Pero Martínez no sólo se conforma con eso, quiere que le devuelvan a su hija. Duque está dispuesto a sacar a su hija de la secta, John Jairo Morón, sabiendo las posibles consecuencias si eso llegara a ser cierto, decide preguntar directamente al narco, quiere saber quién está al tanto de la operación y quién no. Duque nota en sus palabras un tono de desconfianza y le pide que se tranquilice, que disfrute de Madrid.

Martínez tiene que deshacerse de todas las huellas, sin dejar cabos sueltos. Tras recibir toda la información de Duque de manos del detective, le pega un tiro a bocajarro en la cabeza. Lo descubre fortuitamente Cortés al comunicárselo uno de sus hombres, el empresario entiende que su abogado le está ocultando algo.

"cuando vea a mi hija libre y el comisario detenido, entonces les daré la información que necesitan" Mientras Morón y Cortés se reúnen, saben que la policía estaba al corriente de toda la operación pero tienen a su lado al comisario, una persona ambiciosa capaz de vender todo para poder arrancar su carrera política. "Plata o plomo esa es la única forma de solucionar las cosas", sugiere Morón. Ambos creen que deben modificar su forma de intercambio de la mercancía, Cortés ha hablado con Anatoly Terentiev y lo van a hacer en alta mar, allí será más seguro y menos peligroso. Morón sigue pensando que hay una 'chivata' dentro del círculo de Cortés. Alguien que se encarga de dar la información al rival sin problema, y la única persona que tiene acceso a esa información, es Martínez. Ese abogado fiel que siempre ha estado al lado de su jefe, se ha encargado de sus oscuros negocios, de guardar las apariencias ante otras personas,... pero parece que hay cosas más valiosas, como sacar a su hija de la secta y volver a estar con ella. Una traición justificada.

Morón desconfía de Duque

Cortés deja pensativo a Morón, al dejar caer que el soplón podría ser alguno de los hombres del colombiano. Indignado, le pregunta que a quién se refiere, en la mente del empresario siempre está el mismo nombre, , pero está acusación es muy grave y no tiene pruebas para demostrar su teoría. el Duque

Más tarde, Morón entra en el club, ya sabe quién es la chivata, el hijueputa que dio la información a la policía es la mano derecha de Cortés, Martínez, Duque intenta disimular ante el colombiano, volviéndose furioso y enfadado para no levantar sospechas de su doble identidad. Mientras Martínez es disparado por la espalda, antes de que Torres le llevara a testificar contra Cortés. De nuevo, Cortés les ha ganado la partida.