“Los médicos han sido clarísimos, Diego Matamoros no puede continuar en el concurso”, anunciaba Raquel Sánchez Silva. El concursante, que sufría un intenso dolor de espalda, había tenido que ser evacuado para hacer unas pruebas médicas y el resultado ha sido claro.
Desde el plató, Álvaro de la Lama conectaba con el concursante que declaraba estar “psicológicamente chafado” pero añadía: “Después del parte médico he asumido lo que hay, me quedo con los grandes recuerdos, nada negativo”. Contaba que empezó a sentirse mal hace dos semanas, cuando notó “un bajón físico”, pero el punto álgido llegaba el pasado jueves: “He pasado un fin de semana muy malo”. Es más, explicaba que el primer día con el nuevo tratamiento se levantó “llorando” no del dolor, sino “de la impotencia” porque sabía que no iba a poder seguir.
A lo largo de estos días, algunos compañeros le han ayudado pero, tras su evacuación, el diagnóstico está claro: “No puedo hacer nada, tengo que recuperar todo en Madrid con mucho cuidado y, con ello, una nueva vida”.
Álvaro de la Lama le decía entonces que algunos de sus compañeros habían dudado de su dolencia y Diego era claro en su respuesta: “Si ven la resonancia magnética o habla con el doctor se les va a quitar esa duda”. Se mostraba dolido con estos compañeros, cree duro que le cuestionen y decía: “La verdad es que me parece un poco cobarde y de mala persona”.
Kiko Matamoros saludaba a su hijo desde el plató, le mandaba un beso de parte de toda su familia y se declaraba orgulloso: “Aquí nadie ha dudado de que estuvieras enfermo, has tenido un paso por el concurso que nos enorgullece a todos, estamos orgullosos de cómo te has comportado, de lo que eres, y no hagas caso de nada porque no merece la pena”, le decía. Es más, Kiko cree que ya ha ganado su batalla “la de la honestidad y la de demostrar que eres un tío como Dios manda, lo demás échatelo a la espalda”.
Diego se mostraba agradecido con su padre, le explicaba que ha luchado contra lo que le pasaba, quería tener otra oportunidad pero llegó un momento que no podía levantarse. El concursante parecía a punto de emocionarse: “Cuando el cuerpo no da más y la resonancia te dice que no debería estar así a mi edad, es complicado”.
Kiko intentaba tranquilizarle: “No te preocupes que todo tiene arreglo (…) Sé que la lesión es seria pero también sé que vas a tener las agallas y los arrestos para tirar adelante, recuperarte, seguir con tu vida normal y una actividad deportiva normal que es lo que te gusta”.
Poco después, el concursante se despedía de sus compañeros: “Ha sido una cosa más grave de lo que se pensaba y me llevo grandes amigos”, comenzaba a decirles Diego y, dirigiéndose a Abraham, le animaba para llegar a la final: "Espero de verdad llegues a la final y, si puedes, ganes”. Tenía palabras para casi todos y se despedía con un mensaje: “Os quiero de verdad, esto es un juego, ha habido malos momentos pero llevo dos días fuera y todos los recuerdos que tengo son positivos, nada negativos”.