Consuelo Berlanga: ¡Han comido, mis niños han comido!.
Jesús Vázquez: Felicidades por saltar del helicóptero.
Consuelo Berlanga: Yo no he saltado en mi vida ni de un trampolín de piscina.
Jesús Vázquez: Pues éste tenía altura. En esta edición ha sido de los saltos más altos, qué mal caíste.
Consuelo Berlanga: ¡Qué mal caigo!.
Jesús Vázquez: ¿Cómo fue?.
Consuelo Berlanga: Tengo que ser realista, pero se lo debo a la Trapote. Yo salto del helicóptero gracias a la Trapote. Estábamos Trapote y yo. Ella se echó para atrás y yo: venga, venga. Y me dije, si ella se viene atrás, si ve que te tiras tú se va a tirar ella. Si se tira la inútil irá detrás. Entonces por eso dije ¡me tiro yo!... ay, se me queda la boca seca de recordarlo.
Jesús Vázquez: Ya que hablas de la Trapote, queremos hablar de ella, de Bea y del pacto...
Consuelo Berlanga: La experiencia es muy dura, es durísima.
Jesús Vázquez: Pero a eso se va...
Consuelo Berlanga: Pero en esto la historia de ser quién soy y estar en este negociado me confunde. Pienso que esto es un programa de televisión y los de la televisión vendemos fuegos artificiales.
Jesús Vázquez: Lo que me estás haciendo tú ahora.
Consuelo Berlanga: En televisión nada es lo que parece, pero en Supervivientes todo lo que parece es. Cada cinco minutos uno dice qué hago aquí, quién me manda meterme aquí. Por qué estoy aquí si quiero estar en mi casa. Es una experiencia muy dura desde el principio. Aunque me parece lícito que lo piense la gente. Es normal flaquear. Te lanzan a una isla enana con cuatro cocoteros y miras a las palmeras, en medio del Caribe, a mucha distancia de los tuyos, y que hasta la semana que viene te las apañes. Y si duele, te aguantas. Y si vienen cangrejos, los echas.
Jesús Vázquez: ¡Esto es Supervivientes! ¿Y la teoría?.