No sabemos lo que está pasando en Nicaragua, pero lo cierto es que los concursantes lo están pasando mucho peor que otros años. Solamente ha pasado un mes desde el inicio de la aventura y ya han sido varios los desvanecimientos que hemos presenciado. Es como si algo se apoderase de ellos nada más llegar, como si un extraño y maligno poder inundase el cuerpos de nuestros náufragos. Sus músculos desaparecen rápidamente, el buen rollo se marcha y la pasimonia se convierte en su modo de ver la vida. No luchan por las pruebas ni luchan por la comida, lo único que quieren es estar tirados en la arena mirando al mar y esperando a que los otros pesquen por ellos.
Todos los años la vida en la isla No había pasado ni una semana cuando los concursantes comenzaron a desvanecerse y, al menos hasta el momento, nadie ha encontrado una explicación razonable a este suceso. Sólo hay una persona que parece ser inmune a este virus, Mª José, la vasca de 51 años que en lugar de perder fuerzas las recupera por momentos.
El grave estado de salud en el que se encuentran los concursantes y su pasividad hacia la supervivencia deja un sin fin de interrogantes abiertos. Si intentamos buscarle una respuesta razonable a la pregunta de por qué este año su capacidad de aguante está siendo mucho menor, solamente encontramos una serie de posibles argumentos que pierden su lógica si los comparamos con las condiciones de otras ediciones:
- El clima de este año está siendo mucho más complicado : Los concursantes han tenido que someterse a alguna que otra tormenta tropical, algo habitual en el Caribe en esta época del año y a lo que en todas las ediciones han tenido que adaptarse. Es probable que el refugio que se han construido este año sea menos consistente que el otras ediciones, pero lo cierto es que eso no es culpa de las tormentas de verano.
- La comida en la isla escasea: Puede que los cocos y las frutas sean menos abundantes que en otras ocasiones, pero el Cayo está rodeado de mar y de sus correspondientes peces. Este año, la isla cuenta con el número 10 de pesca en Europa, ventaja que no han tenido otros años y de la que no se están aprovechando. Los concursantes prefieren quedarse en la playa, contemplando el mar y quejándose de la poca comida que tienen.
- Los insectos: La playa, especialmente las del Caribe, están plagadas de mosquitos y de otros incómodos insectos que te complican la vida notablemente. Pero Nicaragua no tiene más bichos que otras playas que se encuentren en México o en Honduras, y este es un problema con el que todos los supervivientes han tenido que contar desde el primer momento.
- El calor: Es verdad que el calor y la humedad a la que se ven expuestos los concursantes es tremenda, pero también es verdad que este concurso siempre se desarrolla en condiciones climatológicas muy similares. Buscar sombra, refrescarse e intentar comer a diario son algunas de las medidas que se deben tomar ante una ola y que este año están pasando bastante desapercibidas.
- Su estado físico: Las pruebas físicas y psicológicas que se realizan a todos y cada uno de los concursantes antes de entrar a la isla son las mismas. Las medidas de este año se han extremado, y todos los supervivientes se encontraban en perfectas condiciones para embarcarse en esta aventura.