Cristina e Isabel siguen viéndose en secreto, lo que provoca que el Teniente Ruiz sospeche que su mujer está manteniendo encuentros con otro hombre. Cuando las dos mujeres están juntas en la cama, la llegada del teniente hace que la hija de Lobo tenga que esconderse. Cristina trata de convencer al marido de su amante de que ella está allí por él, ya que quiere agradecerle que le ayudase en el bosque. Aunque al principio se muestra reacio a cualquier tipo de contacto sexual, los encantos de la prostituta hacen que ambos protagonicen un tórrido encuentro sexual con Isabel como espectadora.