Araceli puso fin a su maltrato con una violenta huida: "Me retorció la cara y me la puso contra la pared"

telecinco.es 06/12/2017 01:31

Antes de la Constitución de 1978, un marido podía maltratar a su mujer para corregirla. Las agresiones físicas, de hecho, no fueron delito hasta el año 1989 y la Violencia de Género no era un problema social sino puntual y siempre privado.

Araceli fue víctima de malos tratos en los años 80 y sufrió las consecuencias de aquel estado social. Durante mucho tiempo ni se le pasó por la cabeza la idea de denunciar, sólo se dio cuenta de estar viviendo una situación de maltrato cuando sufrió el momento más difícil junto a su hija Alba.

Alba vivió en un entorno tóxico hasta los tres años, ella también fue víctima de la violencia de su padre. De hecho, fue el día en que su madre vio el miedo en sus ojos cuando Araceli decidió que tenía que cortar con esa situación:

Pero el inicio de su condición como víctima de Violencia de Género llegó mucho antes. Araceli, como tantas mujeres en esa época, creía que se debía fundamentalmente a su marido, que la felicidad de él era también su felicidad.

En los primeros meses de convivencia, Araceli sufrió violencia verbal, control sistemático e incluso abusos sexuales: "Que yo me negase a tener relaciones sexuales con él le ponía más", asegura nuestra protagonista.

El momento de mayor violencia en la relación estaba a punto de llegar: viendo que su condición de maltratador había sido revelada, la pareja de Araceli llegó a apuntarla con una escopeta directamente a su tripa en su octavo mes de embarazo:

Araceli siempre tuvo la esperanza de que el nacimiento de su hija hiciera cambiar a su maltratador y cesaran los golpes, sin embargo, lo que realmente propició Alba fue que su madre abriera los ojos, se decidiera y pusiera fin a su maltrato denunciando a su agresor.

En la actualidad Araceli es una mujer completa y feliz. Salir del maltrato le ha convertido en una mujer fuerte y luchadora que, por fin, se siente empoderada. Reconoce que ahora es otra, que incluso cambió su forma de andar. Además, con su experiencia, Araceli se ha propuesto ayudar a otras mujeres a llevar ese cambio que ella logró en colaboración con la Fundación Ana Bella de Madrid: