Mientras continúan surgiendo noticias en torno a su persona, 'Pequeño Nicolás' permanece ajeno a la polémica. El joven está tranquilo y espera a que todo esté solucionado para hablar, tal y como ha revelado Javier Negre, periodista de 'El Mundo'. "Está tranquilísimo y le ha dicho a su entorno que cuando se levante el secreto de sumario va a hablar y va a contar la verdad."
Según ha revelado Javier Negre, son muchos los que temen que el 'Pequeño Nicolás' tire de la manta. "Hay muchos políticos que están temblando porque tiene fotos comprometidas en despachos... En el Ayuntamiento hay mucho nerviosismo. Supuestamente ayudó a un concejal de distrito a ganar las elecciones de forma ilegal", ha explicado Javier Negre, que ha asegurado que el 'Pequeño Nicolás' se movía por el deseo de ser una persona con influencia y que el dinero estaba en un segundo plano. "A él le gustaba cortar el bacalao."
Parece que lo consiguió. "En FAES le tenían muy en cuenta. Era un fuera de serie movilizando gente. Lo demostró primero en discotecas light y luego el en PP, llevando mucha gente a los mítines, llevaba gente joven, gente de nivel...", ha dicho Javier Negre, que ha asegurado que el 'Pequeño Nicolás' tenía muy estudiada su estrategia. "Las discotecas light era una estrategia para medrar dentro de las altas esferas del PP. Les pasaba gratis, les invitabas a refrescos y los padres quedaban encantados. Era una ambición consentida y nadie le cortó las alas."
Se esmeraba en el trato a los hijos de los cargos del PP
El 'Pequeño Nicolás' tiene un innegable don de gentes. Así lo ha confirmado el que fuera su primer jefe a 'El programa de Ana Rosa'. "Movía masas y traía mucha gente", ha dicho Jairo García, gerente de una de las salas más exclusivas de Marbella, que ha asegurado que el joven reservaba la mejor mesa del local, una mesa a la que solo pueden acceder 6 personas en Marbella.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el 'Pequeño Nicolás' destacaba en el mundo de la noche. Con 16 años ya había montado su propia sesión light en la que se esmeraba en el trato a los hijos de los cargos del PP con el fin de ganarse el favor de sus familiares. Los recibía con americana y pinganillo, y permanecía siempre en la puerta para que ninguno se quedase fuera, ganándose así el favor de sus familiares. Ya por ese entonces, el 'Pequeño Nicolás' se quedaba con un 15% de facturación, porcentaje que no debió parecerle suficiente ya que en seis meses cerró este negocio y se pasó a las fiestas privadas.