Gabriel desapareció el pasado martes en Níjar, Almería, cuando se dirigía desde la casa de su abuela a la de unos familiares por un camino de 100 metros. "Él siempre lo hace corriendo, así que tarda entre 20 y 30 segundos", dice su padre. Ambos han pedido que no se haga caso a los bulos que circulan sobre la desaparición de su hijo. “Es un niño noble, inocente, cariñoso y obediente. Con esa cara y esa sonrisa, es imposible que alguien le haga nada malo", decía la madre emocionada.