Mikel y su novia Olaya cruzaron España de norte a sur en una furgoneta que no pasa de los 60 kilómetros por hora. La historia de Gabriel les emocionó tanto, que decidieron hacer lo que mejor saben hacer para homenajearle: pintar. Tras ponerse en marcha tardaron 16 horas en llegar hasta la casa de la abuela de Gabriel, situada en la pedanía de Las Hortichuelas de Níjar, Almería. Allí han pintado un precioso grafiti del niño con el mar de Almería de fondo y pescaítos. Además, sobre el muro, que da a la piscina, han dibujado a Gabriel saltando como le gustaba hacer.