Las deudas de las Azúcar Moreno: todo lo que deben Toñi y Encarna Salazar por separado

Dani Montero: "Tienen solo a su nombre una plaza de garaje y está embargada”
Encarna y Toñi Salazar llevan 30 años de carrera exitosa con Azúcar Moreno, pero también embargos, multas, negocios fracasados, deudas con Hacienda y con la Seguridad Social. Las cantantes han dilapidado su fortuna y en su expediente hay una cifra en negativo de hasta 180.000 euros. Según explica el periodista Dani Montero, las dos exconcursantes de 'Supervivientes' "tienen solo a su nombre una plaza de garaje y está embargada".
Las empresas de las hermanas Salazar incumplen la obligación de presentar en el registro mercantil sus cuentas por lo que es difícil cuantificar cuánto han ganado. A pesar de esto, la empresa MT producciones de las dos hermanas facturó en 2002 más de 3,6 millones de euros, de los que solo obtuvieron 208.745 euros a repartir entre las dos. Teniendo en cuenta este dato y los 30 años de su trayectoria habrían obtenido 6 millones de euros, una cifra que no parece ajustarse al ritmo de trabajo de sus años más boyantes.

Los periodistas Dani Montero y Pepe del Real han explicado por primera vez y con detalle todas las deudas que acumulan las hermanas Salazar por separado. En el año 2.000, Toñi Salazar y su ahora exmarido Pedro Rilo adquirieron una propiedad en Marbella y dos años después el inmueble salió a subasta por el impago de su exmarido. Y en la actualidad todavía Toñi aparece como propietaria de la plaza de garaje y tiene una anotación de embargo de 180.000 euros.
El patrimonio de Encarna Salazar ha corrido la misma suerte. En 2006 montó una productora que terminó declarándose insolvente cuatro años más tarde. En ese mismo año, 2010, la Seguridad Social ordenó la subasta de su chalé de 5.000 metros cuadrados de parcela en Boadilla del Monte. Fue subastado por un valor de 1,4 millones de euros y tenía una hipoteca de 473.335 euros. Además, en el B.O.E. aparecen dos reclamaciones de 10.555 euros y 22.249 euros de la Seguridad Social y una empresa de representación artística llamada Organización Mundial del Espectáculo.
Según su entorno, tanto Toñi como Encarna se dedicaron a su carrera profesional y vivieron ajenas a las cuentas. El alto nivel de vida, una pésima gestión y el exceso de confianza en las personas equivocadas han terminado dilapidando la fortuna de las artistas.
