La caza furtiva cada vez va más en aumento, por ello el reportero ha acompañado al Seprona en una operación para poder detener a cazadores furtivos. Estos cazadores suelen colarse en fincas privadas para coger el desmogue, que es cuando se le caen los cuernos a los ciervos, para volverle a salir unos nuevos. Estos cuernos pueden venderse a 20 euros el kilo, lo que supone una gran cantidad de dinero si se tienen 20 kilos.
Pero estos cazadores no van solo a por estos cuernos, en muchas ocasiones van directamente a por la carne de ciervos, venados o jabalís. Estos cazadores furtivos suelen ir muy preparados, con un armamento que en muchas ocasiones no está reglado y se ha adquirido de forma ilegal, con visores nocturnos y pasando muchos días dentro de una finca privada, escondidos en la oscuridad.
Cuando han detenido a algún cazador de estas características, en ocasiones los agentes del Seprona han tenido que llamar a la Guarda Civil, debido a que se han amenazado o han tenido una actitud hostil. El reportero ha podido ser testigo de cómo el Seprona ha detenido a uno de estos cazadores furtivos, el cual iba bastante bien equipado, con un arma abatible, ilegal en España, y con varios cuchillos. En el momento de la detención este cazador aún no había hecho uso de ningún arma, pero a pesar de esto, el Seprona se lo ha llevado al cuartel para su identificación. Un negocio que parece que va en aumento y al que el Seprona tiene que enfrentarse.