Crimen del Pantano: condenan a 22 años y medio de cárcel al hombre que mató a martillazos a su mujer

  • El tribunal condena al acusado por asesinato con alevosía y con el agravante de parentesco

Gaspar mató a su mujer en Arganda del Rey y viajó con su cuerpo 373 kilómetros para tirarlo en un pantano de Córdoba, así lo considera probado el jurado encargado de juzgarle: "Acabó con la vida de su esposa propinando este, supuestamente un martillo, un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza".

A pesar de lo violento del golpe, no fue este el que acabó con la vida de María José y Gaspar lo sabía: "Procediendo el acusado, para asegurar su propósito, a atarle las piernas a la altura de los tobillos y las muñecas con una cuerda de tender y a taparle la cabeza con una bolsa de basura, atándosela al cuello con cinta adhesiva, ocasionándole la muerte por asfixia".

Además, el jurado considera probado que "el acusado introdujo el cuerpo de la víctima en su vehículo trasladándolo hasta su pueblo natal, Montoro, donde lo arrojó al pantano 'El Arenoso', en el paraje denominado 'La loma del barco', tras introducir una piedra de unos cinco kilos entre la ropa y el hombro derecho".

Eligió este lugar porque es su pueblo natal y estaban en fiestas. Si alguien le veía por allí, no se sorprendería. Durante el juicio, Gaspar cambió su confesión original ante la Guardia Civil por unas extrañas explicaciones: "Llegué a casa y me encontré a María José tirada en el suelo, en el pasillo de la cocina. Me agaché y vi que estaba muerta. Entonces noté una mano en el hombro. Un hombre me dijo que tranquilo. Era ruso o rumano y le llamaban Blabdini o algo así". En su delirante relato, continuaba diciendo que estos hombres le obligaron a atar a María José de pies y manos y a ponerle una bolsa en la cabeza y meterla en el maletero: "Fuimos por la A-4 sin parar en ningún momento y les llevé al pantano. Tuve que bajar el cuerpo, arrastrándolo de un brazo, mientras ellos se reían. Yo les decía que por favor me pegaran un tiro". Una versión a la que el jurado no ha dado ninguna credibilidad.

Por todo esto, el tribunal condena al acusado por asesinato con alevosía y con el agravante de parentesco a la pena de 22 años, seis meses y un día de cárcel.