La policía ha detenido a Yak Estrada, un tatuador que tenía su estudio en la parte vieja de Donosti tras las denuncias de 13 chicas de que abusó presuntamente de ellas. La alarma saltó el viernes pasado cuando por el mensaje que hizo una de sus clientes en redes sociales. “Acabo de llegar a casa llorando porque he sido acosada sexualmente por mi tatuador”, comentaba.